¡Ejercicio Adaptado!
El secreto de la vida larga, sana y feliz es saber vivir y sobrevivir adaptándonos a las situaciones que se nos presentan.
Estaba entrenando para correr una maratón hace algunos años. Bueno, media maratón, para ser honesto. En mi grupo de corredores había un médico más o menos de mi edad y el resto eran todos más jóvenes. Durante el entrenamiento observé que el doctor corría pero rengueaba de una pierna y tenía una rodillera.
Durante el entrenamiento le pregunté al doctor qué había ocurrido con su pierna. Él me respondió que había sido operado por problemas de meniscos y osteoartritis, pero ya se estaba recuperando y listo para correr nuevamente. A pesar de admirar la motivación del médico, quedé pensando en la osteoartritis.
La osteoartritis, en general, es causada por traumas en deportes y ejercicios de alto impacto. Por lo tanto, en el caso de mi colega, correr sólo va a empeorar la situación. La verdad, es muy común en atletas y hasta en no atletas como yo, tener problemas de rodilla y tobillo, consecuencias de ejercicios de alto impacto como deportes o correr con exceso de peso, lo que generalmente ocurre cuando el atleta se retira.
Pero todavía hay una ventaja con respecto a correr, sobre otros deportes. El riesgo de osteoartritis es menor, porque hay menos riesgo de trauma y menos movimientos laterales, los cuales combinados con el alto impacto van a causar más daños en la cápsula articular (que es prácticamente la definición de osteoartritis). Por ejemplo, en mi caso, por causa de mucho fútbol, vóley y básquet en el pasado, tengo un problema “meniscal” y probablemente rotura de tendones en la rodilla. Así que, cuando practico (no practico más) deportes, la rodilla se hincha en la primera competencia – y a veces aún en las competencias sin pelota. Con la edad y el peso aumentado, ¡mi rodilla no es más la de antes! Sin embargo, puedo correr y en general la corrida no me ocasiona hinchazón. Es claro que ciertamente los 40 kilómetros de una maratón no sería una buena idea para la rodilla vieja de Hildemar.
Mi punto aquí no es desanimar al amigo o amiga que practica deportes. El objetivo es aclarar que debemos obedecer nuestros límites y hacer ejercicio ajustado a nuestras debilidades o inhabilidades (¡por favor, un maestro de español aquí!). Así que, cuando tenemos una situación como la del colega antes mencionado, que tuvo una operación de rodilla por causa del tipo de ejercicio que practicaba, no sería muy prudente continuar con el mismo, y sí practicar algo que no forzase tanto la rodilla, como la natación, bicicleta, caminar u otro.
El secreto de la vida larga, sana y feliz es saber vivir y sobrevivir adaptándonos a las situaciones que se nos presentan. Y estoy hablando más del área física, pero esto también se puede aplicar en el área psicológica, social y espiritual – pero no entro en ellas. Muchos usan drogas u otras técnicas para superar las dificultades físicas que ocurren con la edad. Estas traen un alivio temporal y disminuyen el dolor, pero pueden causar más complicaciones que beneficios. Lo mejor es adaptarnos, si no puedo hacer más determinado tipo de ejercicio, haré o aprenderé otro que sea saludable y que no perjudique mi rodilla. Si estoy en lo correcto o errado, el amigo puede decidir. Pero yo me adapto a la vida ya que ella no siempre se adapta a mí.
Para meditar:
“Ningún ejercicio puede reemplazar la acción de caminar. Al hacerlo se mejora grandemente la circulación de la sangre” (Elena de White, Consejos sobre la salud, p. 197).