Lancha de veinte toneladas cambió su vida
Amaro Aguirre, fue librado de la muerte luego de que una lancha de 20 toneladas cayera sobre él.
“Mi madre siempre me animó a guardar el sábado. Varias veces lo hice pero no era por mi propia voluntad, solo era para complacerla. Me aparté de la Iglesia adventista y estuve inmerso en el tabaco y el alcohol”, contó Amaro, un electricista y soldador.
“Recuerdo que era un 10 de julio. Era sábado y salí a trabajar porque tenía que arreglar una lancha de casi 20 metros de largo y pesaba 20 toneladas”, explicó el feligrés. “Mientras levantaba la embarcación con grandes maderas y una gata (herramienta para levantar objetos de mecánica), me coloqué debajo de la lancha. Pero el peso era tanto que tumbó todo y la embarcación cayó sobre mí”, afirmó Amaro.
Cuarenta hombres tuvieron que levantar aquella enorme lancha que estaba sobre el cuerpo de Amaro, quien se encontraba con vida pero inconsciente. Luego de los análisis correspondientes en el hospital, el reporte médico informaba que los huesos de Amaro estaban fracturados y las costillas, rotas. Aquella persona que se resistía a respetar el sábado como el día santo de Dios, tuvo que ser sometido a una cirugía, pues tenía sangre coagulada.
“Desperté y vi que los médicos estaban reunidos y me dijeron: ‘Tu estado es muy complicado. Ruega a Dios porque solo un milagro te puede salvar, no hay otra opción’”, afirmó Amaro. “En ese entonces miré a la pared y vi que Jesús me extendía la mano. Yo solo cerré los ojos y encomendé mi vida a Dios”, sostuvo.
Amaro quedó dos meses en sillas de ruedas, los cuales fueron de arrepentimiento y agradecimiento a Dios por haberle salvado la vida. Cuando regresó a su trabajo, tomó la decisión de nunca más trabajar en el día sábado, pues entendió que el Señor lo había protegido para que él pudiera hablar del poder del Creador con su vida.
Habló con sus jefes sobre esta decisión pero ellos hicieron caso omiso. Entonces, Amaro renunció a aquél trabajo por guardar fielmente el día sábado. Ahora trabaja independientemente y es vive una vida tranquila y feliz. Sin embargo, tiene el desafío de compartir el amor de Dios con otras personas mediante su testimonio de fe. [Equipo ASN, Rosmery Sánchez]