Lecciones de un viaje
Cuando planee sus vacaciones ore a Dios y pida orientación sobre el asunto.
Lleve a Dios con usted en sus vacaciones
Acabamos de volver de nuestro viaje de vacaciones en familia. Si yo tuviese que clasificarlo, diría que fueron las mejores vacaciones que hayamos disfrutado. Podría mencionar los lugares increíbles que conocimos, algunos casi imponentes, y darle consejos prácticos en caso que usted tenga interés en visitarlos un día también. Quién sabe, hablar de la alegría que sentimos al reencontrar amigos queridos, a quienes consideramos verdaderos miembros de la familia, o aun presentarle los nuevos amigos que nos hicimos, cuya compañía hace tan bien a nuestro corazón.
Usted puede tener la seguridad de que esas cosas contribuyeron, y mucho, para hacer nuestro viaje más que especial. Pero no es sobre eso que quiero hablar. Me gustaría contarle solo las bendiciones y compartir algunas lecciones simples que hemos aprendido y que pueden ayudarlo también a usted y su familia a convertir ese período en una oportunidad interesante para el aprendizaje y el crecimiento no solo familiar y cultural, sino también espiritual.
Es una costumbre en nuestro hogar, cuando estamos comenzando a planear las vacaciones, incluir esa cuestión en nuestras oraciones, especialmente en los momentos de culto familiar. Nos gusta llevar el asunto primeramente a Dios para que nos oriente por una razón muy simple: Él sabe todas las cosas.
A diferencia de otras ocasiones, esta vez acabamos programando nuestras vacaciones para el mes de enero. Entonces comenzamos a planear el itinerario y tomar las medidas con bastante anticipación. Vimos la mano de Dios en todo, incluyendo los valores de pasajes y hotel. Un mes después de iniciados los preparativos supimos que aquella sería la única fecha en que podríamos ausentarnos del trabajo por cuenta de un curso que mi marido y yo deseábamos hacer a lo largo del año. Quedamos muy agradecidos a Dios porque sería posible combinar nuestras vacaciones.
Antes de viajar, verificamos en el calendario dónde estaríamos cada sábado e hicimos planes de asistir a los cultos en las diferentes iglesias.
La iglesia es la casa de Dios. Él es un Padre tan rico que tiene casas en todos los lugares. Y es tan bondadoso y querido que tiene placer en recibir hasta a sus hijos que llegan sin avisar. ¿Usted tendría el valor de pasar cerca de la casa de un pariente o amigo tan cercano y no quedarse por lo menos algunas horas allí?
Como teníamos amigos en las tres iglesias por donde iríamos a pasar, ¿por qué no dar un paso más allá? Nos pusimos a disposición para ayudar en lo que fuese preciso. Fue así que acabamos involucrándonos en la Escuela Sabática, adoración infantil, escuela de padres, momentos de alabanza y hasta en la predicación.
No importa la edad, los hijos necesitan aprender a estar disponibles para colaborar en las actividades de la iglesia y sentirse cómodos al servir. Si ven a los padres como personas dispuestas e involucradas en la iglesia, la tendencia será seguirles el ejemplo.
Infelizmente, hay algunas familias que cuando salen de vacaciones piensan que deben tomarse vacaciones de la iglesia también. ¡Literalmente! Algunos no llevan consigo ni siquiera la Biblia ni la lección de la Escuela Sabática. “¿Ir a la iglesia? ¿Para qué? Solo estamos paseando...” ¿Ya pensó si Dios resolviese tomarse vacaciones de nosotros?
Durante las tres semanas que estuvimos afuera, pasamos sábados muy agradables, que hicieron nuestras vacaciones aun mejores. Aunque lejos, nos sentimos en casa, acogidos por la familia de la iglesia. Creo que ese es el sentido de llamarnos “hermanos”.
La sorpresa
No sabíamos, pero Dios había guardado una sorpresa para nosotros, y eso tenía que ver con algo que aconteció antes de viajar. El sueño de nuestro hijo más grande era conocer Hawai. Como su cumpleaños es a principios de febrero, decidimos hacer un esfuerzo extra y viajar hasta esa isla estadounidense que es parte del archipiélago de la Polinesia.
Mientras hacía las maletas para el viaje, me sentí impulsada a llevar, además de algunos libros, un programa del proyecto “Rescate de una generación” (cultos especiales para niños y adolescentes enseñando las 28 doctrinas de la iglesia). He aprendido que además de estar disponibles para servir, también debemos cargar “munición” para ser usada en tiempos de necesidad. No debemos pensar que porque estamos de vacaciones el enemigo también lo está. Aunque estemos paseando no debemos perder de vista el hecho de que tenemos una misión.
Al visitar una de nuestras iglesias en Hawai en el culto del miércoles, el pastor preguntó en qué consistían nuestras actividades en la Casa Publicadora Brasileña y qué hacíamos en nuestra iglesia. Vi que era la oportunidad de hablar sobre el programa y el proyecto. Cuando mencioné la profecía de Joel 2:28 y lo que podríamos hacer para preparar esta generación, la reacción fue instantánea. Ellos también querían algo así, porque había bastante niños allá.
Aprendí que no hay barreras geográficas y de idioma que Dios no pueda superar. El chico que nos acompañaba, un nuevo amigo que hicimos, era de Portugal y podía hacer tranquilamente la traducción y la adaptación del material para ellos. La verdad, él me dijo que estaba orando por un desafío así.
Si tuviese más espacio, contaría con detalles las otras bendiciones de este viaje, como las respuestas inmediatas de las oraciones de mi hijo adolescente pidiendo a Dios la confirmación de su ministerio, o mi encuentro con una argentina, cuyo marido trabaja en la ONU, a quien expliqué durante casi dos horas cómo el enemigo estaba intentando destruir las familias y cuál es el plan perfecto de Dios para rescatarlas y dar el final que a ellas les gustaría.
¿Se entiende por qué este viaje fue tan especial? Seremos sabios si aprendemos las lecciones que Dios desea enseñarnos. Con él, usted podrá tener sus vacaciones inolvidables.
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Consejos para cuando sale de vacaciones:
- Presente los planes para las vacaciones de la familia primeramente a Dios y siga sus orientaciones.
- Programe conocer nuevas iglesias y pasar el sábado con la comunidad.
- Póngase a disposición y también incentive a sus hijos a colaborar en las actividades de la iglesia.
- Tenga siempre algún material a mano que pueda ser útil (libros, folletos, enlaces, etc.).
- Esté preparado para testificar en cualquier situación. Recuerde que Dios hace la parte difícil (preparar el camino) y deja la fácil para usted (avanzar).