Iglesia enfrenta crisis económica sin disminuir inversiones en evangelismo
Crisis económica no deberá afectar acciones de evangelismo público, plantío de iglesias y otras iniciativas propias relacionadas a la misión.
Brasilia, DF ... [ASN] El escenario mundial económico para el 2016 preocupa a varios países, en especial a los emergentes. Intereses altos para países inversores, caída en las acciones de grandes corporaciones e incluso la baja en el precio del barril de petróleo, cómo los Estados Unidos inhiben las inversiones en Brasil y en otros países del mismo porte. Al mismo tiempo, la nación brasileña sufre con el precio alto del dólar, la inflación creciente, mayor desempleo y reducción drástica del crecimiento económico. La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica, enfrenta la crisis con la perspectiva de no disminuir las inversiones en las acciones de evangelismo.
El pastor Marlon Lopes, director financiero de la División Sudamericana (que controla el trabajo en ocho países), conversó con la ASN (Agencia Adventista Sudamericana de Noticias) y explicó cómo definió la Iglesia su estrategia para enfrentar la situación adversa.
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El diagnóstico de la crisis inspira cautela. La División Sudamericana es hoy la segunda, entre las 13 divisiones adventistas mundiales, en el ranking de recaudación, y su participación impacta cada vez más en las finanzas mundiales de la organización. Brasil, por ejemplo, responde por el 84% del movimiento financiero entre los ocho países que componen la División Sudamericana. Algunos datos del área financiera demuestran que, el año pasado, la inflación oficial fue del 10,67% en Brasil, mientras que el crecimiento de los diezmos llegó apenas al 4,21%. En años anteriores, el índice de aumento de los diezmos (que son una de las principales entradas de la Iglesia Adventista) históricamente siempre fue mayor que las inflaciones registradas.
Diezmos y ofrendas
El pastor Lopes analiza que “tenemos una combinación de elementos adversos. Los miembros en general vieron una baja en su poder adquisitivo, algunos están desempleados y otros sufrieron una reducción de los ingresos. Y todo eso, unida a un precio alto del dólar, lo que hizo que tuviéramos que usar más moneda brasileña para enviar nuestra parte en dólares a la Asociación General de la Iglesia, en los Estados Unidos, y colaborar con la misión mundial”.
El director financiero percibe, sin embargo, que, a pesar de la crisis económica, las ofrendas (que no se definen en porcentaje como el diezmo) no cayeron tanto, en relación a la inflación. El año pasado, con la inflación en 10,67%, el crecimiento de las ofrendas fue poco menor: 9,53%. Para el pastor Marlon Lopes, eso indica que “permanece el sentimiento de liberalidad y de compromiso de las personas con Dios, al punto de no alterar significativamente la fidelidad en las ofrendas”.
Reacción institucional
Una vez hecho el diagnóstico y comprendida la situación en la práctica, la sede sudamericana de la Iglesia creó un plan. Además de accionar sus reservas, la organización decidió eliminar los costos de algunos proyectos o incluso postergar alguno de ellos y cortar los gastos comunes del mantenimiento de las oficinas en Brasilia. “La regla ahora es automatizar algunos procesos, redistribuir tareas y simplificar procedimientos para disminuir costos de cualquier manera”, agrega el pastor Lopes. Eso significará, por ejemplo, menos viajes a eventos, criterios más rígidos para el uso de energía, agua y materiales de oficina, entre otras opciones.
Esa indicación fue comunicada a todas las uniones, que son las regiones administrativas unidas a la División y que administran regionalmente a la iglesia.
El director financiero de la Iglesia Sudamericana, sin embargo, hizo una salvedad. No hay previsión de cortes en las inversiones directas a proyectos y acciones conectadas directamente a la evangelización. Los grandes esfuerzos anuales de la organización se deben preservar. Ese es el caso del movimiento de los Diez días de oración, distribución de libros, programación durante la Semana Santa, grandes campañas de evangelismo público y aporte para la compra de terrenos dentro del proyecto de plantío de iglesias (en locales sin presencia adventista).
El pastor Marlon Lopes, incluso ve que la crisis económica, tiene un punto positivo. En su evaluación, la adversidad global obliga a la denominación a reorganizarse en cuanto a sus prioridades, a disciplinar aún más los gastos y reconocer que Dios es soberano y está por encima de todo. “La crisis no puede desviarnos de la misión. No podemos, como miembros, dejar de ser fieles a Cristo a causa de las dificultades circunstanciales. Creo firmemente que las crisis surgen para perfeccionar nuestro carácter”, finaliza el líder. [Staff ASN, Felipe Lemos]
Vea la entrevista con el director financiero mundial de la iglesia, pastor Juan Prestol, sobre el asunto.