La Capital Bonaerense para Jesús
Durante la primera mitad del año 2015, en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, se desarrolló un trabajo misionero intensivo por parte de las iglesias del distrito pastoral de La Plata Sur, para beneficiar a la comunidad atendiendo sus n...
Durante la primera mitad del año 2015, en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, se desarrolló un trabajo misionero intensivo por parte de las iglesias del distrito pastoral de La Plata Sur, para beneficiar a la comunidad atendiendo sus necesidades. Esto sucedió específicamente en 4 barrios: Abasto, Los Hornos, Tolosa y Melchor Romero.
Entre las actividades que se realizaron hubieron: cursos y talleres de salud, encuestas para conocer las necesidades de los vecinos y una expo salud en un importante parque de la ciudad. También se obsequiaron libros con el mensaje de esperanza y cada semana se ofrecía, en distintas partes de la ciudad, las guías de estudio y biblias para conocer más a Dios.
Al equipo de los hermanos de las iglesias, liderados por el Pr. distrital Cesar Sifuentes, se le sumaron 16 estudiantes de teología de la Universidad Adventista del Plata. Como parte de su formación, los alumnos colaboraron con los disertantes en la tarea de guiar a las personas a conocer el mensaje bíblico.
A partir del mes de Octubre comenzaron las conferencias que se fueron desarrollando en los 4 barrios a la vez. Algunas se realizaron en los edificios donde funcionan las iglesias, que fueron preparadas especialmente para estas actividades, y en otro barrio las reuniones se realizaron en una carpa montada para la actividad.
Durante 6 semanas, aproximadamente, los pastores, Roque Roselot, evangelista de la Unión Argentina, Horacio Mazzoli, director de jóvenes de la Asociación Bonaerense (ABo), Fabián Perez, secretario de la ABo y Pablo A. Nazar, evangelista de la ABo, predicaron sobre temáticas que guiaron a más de 100 personas a entregar su vida por completo a Jesús, a través del bautismo.
La ciudad de la Plata vivió la gran comisión “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, a través de cada persona que dedico su tiempo y energías, para proclamar el mensaje de esperanza.
Y Dios bendijo ese esfuerzo.