Portland, EUA… [ASN] El 1º de octubre un ataque con tiros atrajo la atención, no solo de los Estados Unidos, sino de todo el mundo. Esta vez, el odio quitó la vida de nueve personas, una de ellas, inclusive, era miembro de la Iglesia Adventista. El atentado, que además dejó otras nueve personas heridas, sucedió en un colegio del estado americano de Oregón. Al día siguiente, y en el mismo estado, una organización adventista que trabaja para revelar lo mejor del ser humano, iniciaba su encuentro anual. Maranatha Voluntarios Internacional abrió su convención el 2 de octubre último con un momento de oración por las familias de las víctimas de la masacre que sucedió a solo dos horas y media de Portland, lugar de la reunión.

A pesar de la cercanía en el espacio y en el tiempo, mientras un evento reveló lo peor que puede haber en el ser humano, el otro celebró los esfuerzos de personas que hacen el bien al prójimo proveyendo pozos de agua, escuelas e iglesias en regiones de mayor necesidad en el mundo. De varios continentes vinieron historias sobre el impacto de Maranatha, tanto en la vida de quien recibió los beneficios, como de quien ya contribuyó a lo largo de los últimos 46 años de historia de la organización.

Fuerza en la construcción

Danny Poljak, persona con experiencia en el ramo de la construcción civil, recordó que las otras grandes construcciones que hizo pueden durar veinte, sesenta, quién sabe, hasta cien años, pero “los resultados de las pequeñas iglesias y escuelas construidas por Maranatha durarán para siempre”. Makhosiwonke Moyo, responsable de las finanzas de la Iglesia en parte de África, afirmó que “en Zimbabue y en Malawi las escuelas levantadas por los voluntarios Maranatha están entre las mejores de cada país, y que los nuevos pozos ahora proveen agua para toda la comunidad, transformando las iglesias en centros de influencia”. El director de la escuela de Milo, que fue el escenario de una iniciativa de Maranatha en el propio territorio americano, tradujo todo en la siguiente frase: “Maranatha construye personas y no edificios”.

El pastor Gilberto Araújo, brasileño, quien por muchos años sirvió a la iglesia en África y ahora actúa en un área predominantemente musulmana, recordó el tema del encuentro, concordando que “ya estamos cerca del hogar”; pero, antes, existen 500 millones de personas en Oriente Medio que necesitan oír el mensaje. De Brasil, los presidentes de la Iglesia en las regiones conocidas como Uniones Este y Norte, pastores Geovane Queiroz y Leonino Santiago respectivamente, agradecieron por las más de 600 iglesias ya construidas en el país; y afirmaron que todavía hay mucho por hacer.

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En su discurso, el presidente sudamericano de la Iglesia (División Sudamericana), pastor Erton Köhler, afirmó que, a medida que este mundo camina hacia el fin, Maranatha tiene un papel fundamental que desempeñar. El presidente de la Iglesia Adventista en Bolivia, Luís Mario de Souza y el director financiero de la Iglesia Adventista en Uruguay, Henrry Mendizábal, también discutieron proyectos para cada país, y Uruguay ya está en la lista de las próximas acciones de la organización internacional.

Según datos de Maranatha, solamente en los últimos años, la organización recibió más de 180 mil pedidos para la construcción de iglesias y escuelas alrededor de todo el mundo. Aproximadamente 70 mil voluntarios ya actuaron en proyectos de Maranatha realizados en más de 80 países.

En Brasil, las historias de la misión realizada por Maranatha se cuentan todas las semanas en la TV Novo Tempo, en el programa que sale al aire los viernes a partir de las 17:30 y se repiten los domingos a las 12:30 y a las 2:00 del lunes. Hay informaciones disponibles sobre cómo ser un voluntario en el sitio web de la organización en Brasil (maranathabrasil.com.br).

A quien acompañó la convención de Portland le quedó claro que, más que recursos para atender los desafíos y continuar llevando adelante este ministerio, Maranatha Voluntarios Internacional necesita personas que quieran dar significado a su vida trabajando para mejorar la vida de tantos otros. [Equipo ASN, Lisandro Winckler Staut]