Brasilia, DF... [ASN] Es difícil lograr imaginar hasta dónde puede llegar un libro. El material impreso puede atravesar hasta rejas y llevar esperanza a quien sufre una condena judicial a miles de kilómetros de casa o, peor aún, está en el corredor de la muerte a la espera de la aplicación de la pena capital. Son pocos los que logran distribuir libros a un público tan específico como ese. Personas como Diane da Silva Macedo, oficial de la Cancillería del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, quien habló en al comienzo de la tarde del pasado martes 19, durante la Junta Directiva Plenaria de la Iglesia Adventista.

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Diane, miembro de la Iglesia Adventista del barrio Sudoeste, en Brasília, Brasil, explicó que comenzó en el 2009 el trabajo de donación de libros misioneros a brasileños presos en el exterior. La idea surgió en la época en la que ella trabajaba en la Embajada de Brasil en Atlanta, al sur de Estados Unidos. El trabajo es voluntario, o sea, Diane paga de su propio bolsillo los libros que entrega, pero todo se hace de acuerdo con sus superiores. Debido a su función, Diane tiene acceso a esos sufrientes que están en Alemania, Argentina, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Guyana Francesa, Japón y Portugal. Hasta el 2014, ella ya envió 450 ejemplares de libros misioneros a brasileños esparcidos por el planeta. Los libros que envió son Señales de esperanza, Esperanza para vivir, Tiempo de esperanza, Todavía existe esperanza y La gran esperanza. Los libros llegan a los presos a través de encomienda diplomática y son entregados en condición de donación de una funcionaria del Itamaraty. “En las visitas consulares a los detenidos brasileños, en general, me agradecen y demuestran gran satisfacción por la donación. En una de las visitas, en Atlanta, uno de ellos mencionó el deseo de leer por segunda vez el libro Señales de esperanza”, afirma Diane. [Staff ASN, Felipe Lemos]