Puno, Perú... [ASN] Fausto Aquino Yuracmayo y su esposa viven en Crecero, a más de 4000 metros sobre el nivel del mar, en la región Puno y juntos decidieron mantener su fidelidad a los principios bíblicos y Dios cuidó de sus ganados.

Las malas condiciones climáticas estaban realmente causando bajas en los ganados de la gente del campo. Fue entonces cuando los ganados ovinos comenzaron a enflaquecer y, en algunos casos, a morir.

Fausto al percatarse de esto tomó la decisión de ser fiel a Dios y prometió hacerlo a pesar de las duras condiciones, devolviendo la décima parte de sus ganancias. A partir de este pacto con Dios, la bendición para Fausto fue muy notoria en relación a sus vecinos. Mientras la mayoría criaba vacunos flacos, con pocas posibilidades de vida y que cada vez, reducían el número de ellos, los ganados que criaba Fausto eran los más gordos y su número iba en aumento. Entonces Fausto se dio cuenta que la enfermedad estaba atacando solo a los ganados de sus vecinos.

Estas circunstancias permitieron  por ese motivo que comprendió que Dios es fiel a su promesa: “Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien”. Hoy, Fausto es un hombre fiel y testifica de la importancia de permanecer fiel en medio de la necesidad. [Equipo ASN,  Ronald Aquije]