Entrevista sobre los daños que la pornografía puede ocasionar a las mujeres
La pornografía es un vicio altamente destructivo, comentó la especilialista.
Brasilia, Brasil… [ASN] Durante el año 2015 la campaña Rompiendo el Silencio está tratando el tema de la pornografía y los daños que esta fuente de ilusión ocasiona a los consumidores y sus familiares. Para entender un poquito más sobre cómo las mujeres pueden sufrir los daños relacionados al consumo de pornografía y lo que ellas pueden hacer en cuanto a esto, entrevistamos a la psicóloga Cristiane Julia (CRP 04/26483).
Rompiendo el Silencio: Cristiane, ¿qué tipo de problemas puede enfrentar una mujer en relación a la pornografía?
Cristiane Julia: Entre los diversos daños para sí misma y la relación conyugal que la mujer puede enfrentar al involucrarse con la pornografía podemos enumerar:
Disminución de la autoestima
Sentimientos de culpa y vergüenza
Sensación de incapacidad
Insatisfacción sexual
Abuso y violencia sexual
Disminución de la confianza y complicidad en el casamiento
Pérdida del romanticismo
Distorsión de los valores relacionados a la familia
Rompiendo el Silencio: ¿De qué forma se puede perjudicar la autoestima de la mujer cuando ella o el marido consumen pornografía?
Cristiane Julia: En general, las personas involucradas con el vicio de la pornografía se sienten inseguras e insatisfechas. Tienden a desarrollar una dependencia de las escenas eróticas para alcanzar éxito en el clímax sexual. Especialmente las mujeres se cuestionan con frecuencia sobre la incapacidad de sus esposos de satisfacerse con solo mirar y tocar sus cuerpos, y a partir de ahí pueden desarrollar ideas distorsionadas sobre quiénes son y el valor que poseen. Con el pasar del tiempo, adquieren un sentimiento de que son usadas como objeto o medio para que alguien alcance el resultado final deseado. Por lo tanto, no sienten que son importantes y especiales para el otro. Además, muchas presentan quejas de abuso, o sea, se ven forzadas a practicar algunos tipos de actividades sexuales aun contra su propia voluntad; así se sienten no respetadas y anuladas en la relación. En los casos en que el comportamiento de contacto con la pornografía persiste y los síntomas citados anteriormente se prolongan, se puede verificar el surgimiento de depresión, fobia y trastornos diversos.
Rompiendo el Silencio: ¿De qué otro modo también puede sufrir la relación conyugal?
Cristiane Julia: En primer lugar, un matrimonio que consume pornografía comúnmente está incitado a hacer lo que propone el material leído u observado. Diversas investigaciones confirman que eso a veces sucede bajo el sometimiento de uno de los cónyuges que no está de acuerdo con determinadas prácticas sexuales. Este comportamiento fragiliza la confianza de uno en el otro, debilita la complicidad de la relación y pone en riesgo la seguridad y estabilidad emocional que una relación conyugal sana debe proporcionar a ambos cónyuges.
En segundo lugar, la pornografía es un vicio altamente destructivo de una capacidad humana que debe ser desarrollada para fortalecerse, llamada altruismo, desapego, capacidad de pensar más en otros que en sí mismo. Un matrimonio de éxito, que es la base de una familia feliz, tiene como fundamento principal el altruismo. La pornografía alimenta el egocentrismo y el hedonismo, antónimos del altruismo. O sea, la pornografía induce a las personas a la idea del placer inmediato, y a cualquier costo, lo que desea debe satisfacerse y rápidamente; a su vez tales características llevan a un comportamiento que refuerza la idea de que lo más importante soy yo mismo, mi bienestar y mi voluntad.
En síntesis, un matrimonio viciado en pornografía también puede presentar comportamientos tales como dificultad en mantener conversaciones saludables y prolongadas, intercambio de miradas apasionadas, falta de confianza, disminución significativa de la tolerancia y la paciencia, aún en asuntos comunes de la vida familiar como la educación de los hijos, resolución de problemas, establecimiento de metas en común, etc., peleas y discusiones frecuentes, pérdida de interés en asuntos relativos a la familia, poca demostración de afecto, frialdad espiritual, y en algunos casos, no muy raros, el deseo de incluir a una tercera persona en la relación sexual.
Rompiendo el Silencio: ¿Cómo puede combatir esos daños una mujer que ya está sufriendo los efectos perjudiciales de la pornografía?
Cristiane Julia: Para las mujeres que luchan con el vicio:
En primer lugar, apartarse de lo que causa los perjuicios. Deje inmediatamente de consumir ese tipo de material. Seguramente será difícil, pero es la única manera de romper el ciclo del vicio e instalar comportamientos nuevos restauradores del bienestar perdido.
En segundo lugar, comunique explícitamente a su esposo la decisión tomada en relación a la pornografía. Conversen sobre los daños que usted notó y sobre su deseo de ser feliz al lado de él. Dígale cuán importante es él para usted y que no puede continuar conviviendo con el vicio que compromete el bienestar de ambos.
Incluya lecturas nuevas y hobbies saludables y edificantes en su vida diaria. Trabaje y luche para que su mente esté siempre limpia y despejada.
No alimente sentimientos de inferioridad, culpa o vergüenza.
Ore con fervor sobre el asunto. Piense en cuánto la ama Dios y puede restaurar lo que se rompió.
Busque ayuda profesional para obtener orientación, consejos y apoyo durante el nuevo período de transición.
Para las mujeres que no tienen el vicio, pero son esposas de hombres que lo practican:
Converse abiertamente con su esposo sobre el asunto, exprese lo que piensa y siente al respecto. Sin embargo, tenga en mente que usted no puede obligarlo a abandonar la práctica, pero su paciencia y amor serán fundamentales para ayudarlo.
Nunca use la censura o ironía entre ustedes, eso mina el amor y perjudica el éxito de las conversaciones entre la pareja.
Recuerde que la autoestima positiva es el valor que usted se da a sí misma y eso no depende de otros, por lo tanto, no alimente sentimientos de inferioridad, incapacidad o victimización.
Encare el problema de frente, con persistencia y cautela, como todo abandono de vicio eso puede ser un proceso largo y delicado.
Esté atenta para no sujetarse a prácticas que no serán saludables ni para usted misma ni para el matrimonio, mantenga tu integridad física y mental.
Converse con su marido sobre una posible ayuda profesional y propóngase a acompañarlo, si así él lo prefiere.
Busque ayuda profesional si nota que no logra luchar sola con estos problemas. [Equipo ASN, Rompiendo el Silencio]