Porto Alegre, Brasil... [ASN] Después de 65 años de matrimonio, Italvino (89) y Diva Possa (80) fallecieron en el mesmo cuarto de hospital, tomados de las manos y con apenas 40 minutos de diferencia el día 3 de octubre. La pareja frecuentaba la iglesia adventista de Vila Jardim, en la capital gaucha, y era conocida por su compañerismo y amistad. El ejemplo de amor y unión de la pareja hasta el mismo momento de la muerte, se convirtió en noticia destacada del portal de noticias de la red Organizações Globo, o G1, y en el noticiero Jornal do Almoço de la Rede Brasil Sul de Televisão (RSB), afiliada de la Rede Globo.

Según los familiares y amigos, la historia de la pareja marcó a muchas personas no sólo por la relación entre los dos, sino por lo que hacían por el prójimo. “Ellos eran personas muy misioneras. Cuando podían, salían para dar estudios bíblicos y hacer visitas. Eran participantes activos de la Escuela Sabática y serán recordados para siempre por su forma de ser amable y cortés”, comenta la amiga de la pareja fallecida, Elena Brenner.

Ellos conocieron la Iglesia Adventista hace más de 30 años, pero fue Diva quien presentó la Bíblia de forma diferente a su esposo. “Mi padre viajaba mucho por causa del trabajo. Mi madre, que fue bautizada primero, pasó a colocar un libro de Ellen White en cada maleta que hacía cuando él viajaba. Cuando llegaba al hotel, él leía los libros y luego decidió ser bautizado también”, cuenta la hija de la pareja, Veramar Possa. “Desde entonces, ellos siempre estuvieron muy involucrados en la iglesia, principalmente en los frentes misioneros”.

“Él siempre ayudó en la evangelización y hasta fue pionero de la Iglesia Adventista en Maquiné, en Rio Grande do Sul. Mi madre ayudaba mucho en Dorcas (actual Acción Solidaria Adventista – ASA), cosiendo ropas para dar a los niños que carecían de ellas hasta el día en que ingresó al hospital”, agrega la otra hija, Rosimar Possa.

 

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Además de la vida de servicio y amor abnegado para con el prójimo, Italvino y Diva también siempre buscaron juntos llevar una vida más sana. “Mi padre hacía muchas caminatas y tenía una huerta en casa. A mi madre siempre le gustó cosechar las verduras y legumbres que mi padre plantaba en el huerto propio. Además de eso, la dieta de ellos se completaba con una grande variedad de frutas que plantaban, como uva, maracuyá, banana, kiwi, entre otras”, recuerda Veramar.

“Como factor principal, ellos tenían el hábito de leer la Biblia juntos todas las mañanas y siempre realizaban la puesta de sol en familia. Eran fieles guardadores del sábado y procuraban honrar a Dios en todo lo que hacían”, subraya Rosimar.

La pareja dejó 10 hijos, 14 nietos y 6 bisnietos, además de un ejemplo de amor y fidelidad a Dios que tiene impacto en vidas. [Equipo ASN, Andréia Silva]