Leche de mosca
La mosca tsé-tsé produce un único huevo por vez y la larva queda incubada en el útero, donde es alimentada por la madre con una sustancia parecida a la leche. Al estudiar a esa mosca, los investigadores se sorprendieron al descubrir que esa especie d...
La mosca tsé-tsé produce un único huevo por vez y la larva queda incubada en el útero, donde es alimentada por la madre con una sustancia parecida a la leche. Al estudiar a esa mosca, los investigadores se sorprendieron al descubrir que esa especie de leche contiene una enzima llamada esfingomielina, o SMase, importante también en la lactancia de los mamíferos. Según Joshua Benoit, entomólogo de la Universidad de Yale, eso significa que la mosca tsé-tsé puede ser usada en estudios sobre problemas de lactancia en humanos. Benoit y sus colegas publicaron el hallazgo en el periódico científico The Biology of Reproduction.
En los seres humanos, la deficiencia de SMase puede causar la enfermedad de Niemann-Pick, un desorden neurológico que puede ser fatal en niños pequeños, en eso se puede ver la importancia de las investigaciones sobre esa enzima que comparten moscas y personas.
Si solo la deficiencia de SMase puede ser fatal para los niños, ¿cómo entender, desde el punto de vista darwinista, la idea de que todo el mecanismo de lactancia y el ajuste fino de las propiedades de la leche materna con relación a las necesidades que el bebé haya evolucionado de a poco, paso a paso? Si solo una enzima representa toda esa falta, ¿qué decimos del resto?
Pero el detalle más importante en esa investigación no es ese. Los seres humanos y las moscas, definitivamente no son “parientes” cercanos en el supuesto árbol evolutivo. Muy bien. Entonces, ¿cómo podemos explicar que estos seres tan distantes hayan “evolucionado” en las mismas enzimas y tengan un mecanismo semejante de lactancia?
En realidad, eso es común en la naturaleza: el vuelo, a pesar de toda la complejidad involucrada en el proceso, “evolucionó” en seres tan diferentes como mamíferos, reptiles, aves e insectos; la visión, igualmente, “evolucionó” de modo muy similar en criaturas como calamares y seres humanos; y así sucesivamente. Este hecho ¿habla más a favor del diseño inteligente (con las marcas digitales del Creador) o de la macro-evolución ciega?