La ética es proselitista si…
El título de este artículo puede no haber dejado clara su intención. Por esa razón es preciso definir algunos conceptos, con la intención de que infundan en usted, apreciado lector, el deseo de llegar al final de estas líneas. El primero de ellos es...
El título de este artículo puede no haber dejado clara su intención. Por esa razón es preciso definir algunos conceptos, con la intención de que infundan en usted, apreciado lector, el deseo de llegar al final de estas líneas. El primero de ellos es la definición de ética: tiene que ver con ethos, palabra griega que define modo de vida, costumbres, hábitos que configuran una orientación social que mueve a un pueblo en una dirección conjunta y no en otra… ¿Simple?
Otra definición importante es el concepto de proselitismo. Bíblicamente hablando, esa palabra tiene origen en el judaísmo. Como se sabe, el judío, aunque celoso de sus dotes étnicas y espirituales, abrió la posibilidad para un no judío (gentil en lenguaje bíblico) que quisiera afiliarse social y religiosamente al “pueblo del pacto”… ¿Cómo lo podría hacer? Pasando por la circuncisión (corte del prepucio del órgano genital masculino), por el bautismo y por llevar una ofrenda al Templo. Entonces surgía un “prosélito”.
Colocados entre esas dos referencias podemos avanzar para decir que entiendo toda ética como proselitista… ¿En qué sentido? Si ética es el conjunto de valores, hábitos y costumbres que orientan una manera común de vida en sociedad y hacer proselitismo es establecer condiciones para una filiación a un determinado estilo de vida, comienzo a ver mucha cosa vestida de ética proselitista…
Cuando miro el casamiento entre el deporte y los medios de comunicación comienzo a comprender que el “negocio del deporte” llegó a ser estratosféricamente rentable cuando alguien de los medios lo entendió como capaz de ser un catalizador universal. Y hoy, más de la mitad de los espacios de TV abierta (en las cerradas existen canales exclusivos 24 hs. de deporte), radio, periódicos e Internet son dedicados al deporte, notoriamente al fútbol. El deporte, en particular el futbol, llegó a ser un tipo de ética proselitista, ya que creó un modus vivendis todo especial: Usted tiene que acompañar y engancharse. El fútbol impone reglas de comportamiento social. Antiguamente era el niño quien vestía el uniforme del equipo del corazón de su padre hasta que conscientemente llegaba a ser el suyo también. Hoy es el canalla que agrede y mata en nombre de esa “pasión”. Y cuando se acerca la Copa, el mensaje proselitista es: usted debe engancharse en vivir el proyecto “La patria en botines”…
¿Y qué decir de las olas musicales que invaden nuestras playas? Cada nueva ola viene con un ritmo nuevo (surf music, rock’n roll, sertanejo “fundamental y, después, universitario”, pagode, góspel) que invade las radios… Sí, es una ética proselitista, pues impone todo un comportamiento que tiene por objetivo adquirir seguidores.
En cuanto a la ética política, bueno, esa nació proselitista. Para quedar en Brasil, basta recordar el MDB x Arena y más moderno PT x PSDB… [Partidos políticos en Brasil]. Es claro que el espectro a la derecha y a la izquierda sigue bastante amplio, pero, presionando bien llegamos a las polarizaciones expresadas por esas dos corrientes. La política tiene una ética proselitista tan peculiar que en el partido del gobierno, por ejemplo, un pre candidato que desee afiliarse para concurrir debe adherirse a una de las tantas corrientes internas allí existentes… ¡Un afiliado “independiente” es casi una herejía!
Por limitación de espacio y de su tiempo, política, comportamiento y deporte ya son suficientes para una muestra argumentativa. Eso porque ahora quiero derivar al punto central de esta propuesta. ¿Por qué las personas tienen tanto prejuicio en cuanto al mensaje de la Biblia? Ah, dicen, política y religión no se discute. Se discute, sí. Así como se discute pasión futbolística, gobiernos de derecha y de izquierda, libre orientación sexual, finales de novelas globales y otras tantas éticas sociales proselitistas…
Cuando veo que casi todo asume un ropaje de ética proselitista, pienso en el menosprecio y ridículo a que son sometidos los que guardan los mandamientos de Dios y la fe en Jesús. En realidad, acusan al mensaje de proselitismo barato, lavado cerebral, manipulación enfermiza (o es de Dios o del diablo), pero olvidan que de alguna forma casi todos anhelan afirmar esos valores éticos proselitistas que llaman anacrónicos y obsoletos. Si no, veamos dos casos: En cuanto al casamiento todos están adelantados a su tiempo, ¡pero casi todos sueñan materializar sus uniones hetero u homo afectivas frente a un padre, pastor o juez de paz algún día! Y son los mismos que afirman preconceptos y paradigmas que deberían de alguna forma combatir con su “sed de revolución social, política y de comportamiento”. En la cámara de vereadores [consejo municipal] de Porto Alegre, por ejemplo, en el 2013 los “desnudos” que mostraban sus “documentos”, salvo error mío, eran todos hombres, porque las mujeres todavía son las mismas oprimidas de siempre… Esclavas del pudor, no pueden mostrar sus genitales.
Si todo es ética proselitista, ¿por qué solo el proselitismo religioso que defiende guardar los mandamientos de Dios y la fe en Jesús es quien paga el pato?