Aborto: ¿cuestión de elección?
El primer ministro español, Mariano Rajoy, en su discurso en el cierre del congreso del Partido Popular (PP) del país vasco, fue interrumpido por los gritos de un grupo de mujeres que protestaba contra la reforma de la ley del aborto. Las cuatro muje...
El primer ministro español, Mariano Rajoy, en su discurso en el cierre del congreso del Partido Popular (PP) del país vasco, fue interrumpido por los gritos de un grupo de mujeres que protestaba contra la reforma de la ley del aborto.
Las cuatro mujeres, que tenían los rostros y las manos pintadas de rojo, estaban sentadas en la platea, entre los delegados del partido vasco.
Cuando el jefe del gobierno español comenzó a dar su discurso, el grupo de mujeres comenzó a gritar frases de orden como “Aborto ilegal, violencia estatal” o “Nuestro cuerpo, nuestra decisión”.
En reacción, algunos delegados del PP vasco gritaban “sí a la vida” y comenzaron a aplaudir. Un elemento del equipo de seguridad del partido retiró a las activistas de la sala, que no resistieron.
La cuestión del aborto está cada vez más presente por la divergencia de opiniones entre los cristianos. Existen líderes y movimientos religiosos que lo apoyan y otros que no lo hacen. Para esa discusión, quiero dejar un versículo bíblico escrito por Pablo en Romanos 12:2, el texto de la Palabra de Dios nos dice así: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
En primer lugar, aborto no es una cuestión religiosa, pero una cuestión científica, específicamente biológica. La biología comprueba con bastante documentación que la vida comienza en la concepción, y ella continúa, ya sea intra o extrauterina hasta la muerte. O sea, la vida comienza en la concepción y eso significa que abortar es matar una vida. La diferencia entre el óvulo fecundado y usted es el tiempo y la nutrición.
El embrión es un ser humano, porque en su evolución no puede llegar a ser otra cosa a no ser persona. Ningún cuerpo vivo puede llegar a ser persona a no ser que ya sea persona. Ser y humanidad son características innatas, no son adquiridas. Ningún ser humano es más humano que otro.
Está genéticamente comprobado que el feto es independiente de la madre desde la concepción. Posee ojos, posee boca, posee oídos, órganos genitales, impresiones digitales diferentes de la madre. O sea, el feto no es un prolongamiento del cuerpo de la madre, lo que le permitiría a ella decidir si continuar o matar esa nueva vida que se generó.
Hace algunos años vi una película producida por un médico que practicó decenas de abortos en los Estados Unidos. Un día, usó una cámara para filmar el aborto que realizaría. Él no pudo verlo hasta el final y nunca más hizo ningún tipo de aborto. El nombre de la película es O Grito Silencioso [El grito silencioso].
¿El aborto es un procedimiento seguro para la mujer? Son muchas las consecuencias como frutos de abortos:
- Perforación del útero.
- Sangrado que requiere transfusiones.
- Ruptura del cuello de útero, con impacto desconocido sobre la capacidad del cuello para algún embarazo subsiguiente.
- Accidentes relacionados a la anestesia.
- Enfermedad de inflamación de la pelvis y posible infertilidad subsecuente.
- Perforación de la vesícula.
- Perforación del intestino.
- Retención de los restos ovulares.
- Anemia.
- Peritonitis.
- Embarazo en los conductos, no detectado.
- Embolia pulmonar (obstrucción de la arteria pulmonar).
- Tromboflebitis venosa (inflamación de una vena que se desarrolla ante un coágulo sanguíneo).
- Depresión.
- Nueve veces más propensión al suicidio que otras mujeres.
- Alto riesgo de infección.
El riesgo de aborto espontáneo en el segundo trimestre del embarazo aumenta diez veces después un aborto vaginal.
Entre otros. Pero hay uno más que quiero resaltar. Es el peso psicológico profundo en la conciencia de una mujer que abortó. Declaraciones que refuerzan esto se encuentran fácilmente, como por ejemplo el de Luiza Brunet, en entrevista a la Revista Veja del 28 de enero de 2009: “Yo tenía solo 17 años, era recién casada y comenzaba a despuntar como modelo, cuando me embaracé. Soñaba con ser madre. Siempre estuve en contra de la liberación del aborto, pero no podía avanzar con ese embarazo. Yo era responsable por el sostén de toda mi familia. No sufrí ningún daño físico, pero cargué para siempre las marcas psicológicas de ese aborto”.
Dios considera el feto como un ser humano como lo encontramos en el Salmo 139:13-16: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”.
Dios se relaciona con la vida intrauterina. Se utilizan pronombres personales para el feto. Jeremías 1:5: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”. Isaías 49:1: “Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria”.
La vida es un don de Dios. Hechos 17:25 y 28 dice: “pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas”, “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”. Ezequiel 18:4, nuestro Dios dice: “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía”. Salmo 24:1 “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.
El ser humano pertenece a Dios, la vida es un don de Dios. A él le corresponde la soberanía y la autonomía de interrumpir la vida. Debemos celebrar la vida y no la muerte. “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros” 2 Crónicas 20:20.