Valentía y grandeza en jóvenes de Buenos Aires
La historia de Caleb, registrada en la Biblia, es una historia de victorias, esfuerzo, fidelidad. La mayoría de las veces se recuerda las obras de su juventud, la valentía que tuvo de ser fiel a Dios, a pesar de que casi todos sus compañeros opinaran...
La historia de Caleb, registrada en la Biblia, es una historia de victorias, esfuerzo, fidelidad. La mayoría de las veces se recuerda las obras de su juventud, la valentía que tuvo de ser fiel a Dios, a pesar de que casi todos sus compañeros opinaran de forma contraria. Pero Caleb no fue valiente solo en su juventud. La historia de este personaje tiene que ver más con fidelidad, con valentía que con la edad biológica.
Karla tiene 14 años. Cualquier persona podría pensar que es muy joven para muchas cosas, es apenas una adolescente. Pero a Karla la edad no la limita. Ella junto con 90 chicos forman un grupo llamado Caleb. La mayoría de los participantes no tienen más de 16 años, ya que todos cursan el secundario en el Instituto Adventista de Avellaneda (IADA).
El proyecto Misión Caleb es un programa voluntario de servicio hacia la comunidad que la Iglesia Adventista promueve entre los jóvenes.
Elías Monsalvo, el capellán del IADA, visualizó que esta era la forma de integrar a los chicos del colegio en el servicio a Dios, hacia los demás y comenzó a invitar a algunos para formar este grupo. Para el 2015 ya eran 50 chicos participando en charlas de salud, cursos para dejar de fumar, instructores bíblicos, cursos de cocina, etc.
Este año, se sumaron 40 chicos más y obligó a los líderes a formar una pequeña comisión con un encargado para cada área, que a su vez después trabajaría con otro grupo de jóvenes organizando una tarea específica para la actividad general. Ana, Julieta, Candela, Karla, Johana, Laura, Enzo y Karen forman esta comisión de organización.
Ana Laura expresa como fue que cada actividad los hizo crecer, aprender nuevas cosas. ¿Se sienten observados? Se les preguntó. Se miraron, sonrieron, como con vergüenza de decir que sí, hasta que uno de ellos, con la espontaneidad que caracteriza a los jóvenes, reconoció que estaba bueno ser ejemplo, que era una gran responsabilidad.
No son extraterrestres, son chicos que tienen luchas, desafíos pero que en palabras textuales “orando constantemente y estando juntos, siempre podemos seguir adelante”.
La unidad es otro de los aspectos que ellos destacan. El grupo tiene un fuerte sentido de pertenencia, alimentado en parte por la misión que tienen y también por la confianza que el capellán puso en ellos. “Confíen en los jóvenes que los jóvenes pueden hacer todo” asiente Candela.
La historia de estos chicos que dedican tiempo cada día, fuera de su horario de estudio para contarles a sus propios compañeros, a los padres y al barrio un mensaje de esperanza, es un ejemplo de fidelidad y valentía, como en la vida de Caleb. Más de 9 personas ya conocieron ese mensaje y se bautizaron por el ejemplo de estos jóvenes.
Cuando se les consultó que era ser Caleb no dudaron mucho. Con palabras simples y profundas definieron la Misión Caleb como la posibilidad de servir a Dios, contar de su amor a otros y tener una gran familia, un gran grupo de amigos, eso es ser Caleb.
[Equipo ASN, Eliana Villegas]