En el marco de la celebración de los 112 años de la Educación Adventista en Perú, 140 estudiantes tomaron la decisión de seguir a Cristo durante la II Semana de Oración "Yo Voy", siendo bautizados. Este acto marcó un hito en la historia de la educación adventista en el norte de Perú, reflejando el trabajo misionero de capellanes, maestros y colaboradores, quienes preparan a las futuras generaciones para el retorno de Jesús.

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El cielo se vistió de colores de la Educación Adventista el sábado 30 de setiembre, día central del aniversario, cuando estudiantes y docentes participaron en diversas iglesias, compartiendo la importancia y la influencia de la Educación Adventista en la sociedad. Destacaron que esta educación brinda a los estudiantes las herramientas para una vida útil y feliz, fomentando la amistad con Dios, el desarrollo integral de la persona, los valores bíblicos y el servicio a los demás, en relación con la misión mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Además, se contó con la visita del Director Asociado de Educación Adventista Mundial, el Dr. Sócrates Quispe, quien compartió la Palabra de Dios en la Iglesia Adventista Central de Chosica, ubicado en el Colegio Adventista "Eduardo Forga". En el culto de adoración, el Dr. Sócrates Quispe destacó la importancia de la Educación Adventista en la formación de valores y la preparación espiritual de los jóvenes.

La Educación Adventista en Perú continúa su legado de excelencia académica y compromiso espiritual, guiando a las generaciones futuras hacia la eternidad, con valores y principios cristianos.

Historia de la Educación Adventista en Perú

La herencia histórica de la Educación Adventista en el Perú se remonta a los años 1902 y 1903, cuando el líder indígena Manuel Zúñiga Camacho, reconocido como el primer impulsor de la educación rural indígena en el Perú del siglo XX, estableció una modesta escuela en su hogar en la comunidad de Utawilaya, cerca de Platería, departamento de Puno.

En 1919, en el distrito de Miraflores, Lima, nació la Escuela Industrial Adventista, que más tarde, en 1945, adoptó el nombre de Colegio Unión, marcando un hito en la educación adventista peruana. Ese mismo año, la institución se trasladó de Miraflores a Ñaña, estableciéndose como un pionero en el sistema educativo peruano.

En 1967, el Colegio Unión se convirtió en la base para la creación del Centro de Educación Superior Unión (CESU), y en 1983, se fundó la Universidad Peruana Unión, consolidando aún más la presencia de la educación adventista en el país. A lo largo de esta línea temporal, se establecieron otras escuelas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en diferentes regiones de Perú.