Guayaquil, Ecuador... [ASN] Ernesto Vera se movilizaba en su bicicleta por la avenida 9 de octubre de Guayaquil, Ecuador, cuando fue abordado por dos personas vestidas con camisetas blancas y la frase “10 Días de Oración”. El diálogo entre ellos inició y durante la plática, este hombre de la tercera edad pidió orar por su salud y la vida de su hijo, quien se encuentra privado de la libertad. Además de ello solicitó que le entregaran varios ejemplares del libro “La Gran Esperanza”, para obsequiar a sus amigos y familiares en la ciudad de Babahoyo.

“Leer estos materiales es algo muy bueno que ayuda al corazón y nos fortalece”, indica. Al consultarle sobre la importancia de la oración en nuestras vidas, Ernesto nos contesta que “orar es algo muy necesario en la vida del ser humano. Si no tuviéramos la oración no podríamos existir y peor aún, contar con el cuidado de nuestro Padre Celestial”. Y fue precisamente una oración la que devolvió a este hombre la calma necesaria, para continuar su viaje en bicicleta.

Fueron miles los que en el sur de Ecuador, recibieron un mensaje de esperanza a través de un libro, una oración, un abrazo o un marcador de página entregado por los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Niños, jóvenes, mujeres, miembros de la tercera edad; todos ellos participaron de una jornada enriquecedora para sus vidas.

“Nos sentimos muy contentos porque todos han respondido al llamado de atender a otras personas y compartirles un mensaje de esperanza…”, fueron las palabras del Pr. Freddy Guerrero, Presidente de la Iglesia Adventista para el sur de Ecuador (Misión Ecuatoriana del Sur - MES); quien destacó el compromiso de la feligresía en acercarse a la comunidad y presentarle el mensaje de La Verdad Presente. Junto al personal de esta sede, separaron un día para repartir desayunos en uno de los principales parques de la ciudad huancavilca, cumpliendo el desafío de hacer 500 entregas.

Raquel de Guerrero, líder de las Mujeres Adventistas de la MES y coordinadora general de la actividad, precisó que más de cinco mil miembros de iglesia participaron durante los 10 Días de Oración en este campo misionero. “Todos han visitado hospitales, orfanatos, han compartido oraciones, rosas, abrazos y han demostrado ser gente cuidando de otras personas, de aquello que no conocían del mensaje de esperanza de la Iglesia Adventista pero que ahora, ya tienen la oportunidad de conocerlo gracias a la movilización de la iglesia”, señaló.

La iglesia culminó esta jornada de oración intercesora con las 10 horas de ayuno, siendo esta una oportunidad para renovar su compromiso de fidelidad a Dios con una Santa Cena. En esta actividad se destacaron los testimonios de esta jornada de intercesión que tocó más de una vida en el país. [Equipo ASN, Marco Chile y Vanessa Castro]