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Neurocientífica resalta impactos de la violencia sexual en el cerebro

Las consecuencias del abuso sexual van desde la caída de la autoestima y la capacidad de relacionarse a las pérdidas de masa encefálica.


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Crédito de foto: Marpla noticias

Brasilia, Brasil… [ASN] Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, siete de cada diez mujeres ya fueron o serán violentadas en algún momento de la vida, ya sea verbal, física o sexualmente. Vale resaltar, sin embargo, que ellas no son las únicas víctimas; muchos hombres también son sometidos a diversos tipos de abuso.

Otro dato alarmante sobre la violencia muestra que cerca del 70% de las violaciones las cometen parientes o personas cercanas a la víctima. Uniendo esto o no, el simple hecho de sufrir un abuso sexual causa serias consecuencias. Más allá de los daños a la autoestima y a la capacidad de relacionarse de la víctima, hay, en efecto, consecuencias físicas. Esta información está confirmada por la psicóloga Rosana Alves, que tiene un posdoctorado en neurociencia y es presidente del Instituto Neurogénesis, en Florida, Estados Unidos.

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“Dependiendo de la intensidad y de la época en que se cometió este abuso, especialmente si fue en el período de desarrollo cerebral, que va desde un año hasta los dieciocho años, la víctima puede presentar pérdidas irreversibles en el cerebro. En el hipocampo, más específicamente, que está relacionado a nuestra memoria, con la organización de las tareas y las emociones”, explica la doctora Rosana. Estudios señalan que el hemisferio izquierdo del cerebro de niños víctimas de abusos se desarrolla menos que en otras que no pasaron por eso. El equipo del doctor J. Douglas Bremner, de la Escuela de Medicina de la Universidad de YALE, EE.UU, comparó la resonancia magnética de individuos “normales” con la de diecisiete adultos que sufrieron abusos en la infancia, todos ellos portadores de disturbio de estrés pos traumático. En los resultados, el hipocampo izquierdo de los pacientes que sufrieron abuso se mostró 12% menor que en los demás.

Según la doctora Rosana, también puede haber una “sobre estimulación de la amígdala, que está involucrada con nuestra reacción a situaciones adversas y al miedo”. Ella también comenta sobre un estudio realizado en 1993, que muestra que las hormonas liberadas con el estrés de la violencia, además de perjudicar el desarrollo de regiones cerebrales, también provocan una “tormenta eléctrica” en el cerebro de la víctima, pudiendo causar síntomas epilépticos como hormigueos, entorpecimiento, vértigos, náuseas, frío en el estómago y alucinaciones.

El abuso también genera cambios bruscos en el comportamiento de la víctima. Ella puede presentar desde una desconfianza en relación a las personas, no sintiendo el deseo de estar acompañada, hasta tener su autoestima rebajada, o desarrollar un trastorno de personalidad, como por ejemplo el Borderline [trastorno límite de la personalidad], que acomete a muchas mujeres víctimas de abuso sexual.

Recuperación

Sobre la recuperación, la doctora Rosana explica que es posible, pero que demanda muchos cuidados y actitudes imprescindibles. “Nuestro organismo tiene un atributo que llamamos neuro plasticidad que hace que otras regiones del cerebro asuman el papel de estructuras que fueron afectadas. Pero, infelizmente, muchas pérdidas son irreversibles. Puede haber, por ejemplo, una erosión telomérica, que es la desestructuración del cromosoma, conduciendo al envejecimiento precoz, y eso es muy difícil de recuperar. El ideal es que la propia víctima perciba la necesidad de soporte para recuperarse, y busque ayuda, sobre todo, profesional. Pero no siempre ella tiene esa condición, entonces depende mucho de las personas que conviven con la víctima y si están dispuestas a ayudarla. El colocarse en el lugar del otro es muy importante, la generosidad en comprender que no me gustaría que hicieran conmigo lo que hicieron con ella, genera una actitud muy positiva. Entonces, en vez de acusarla de estar con una ropa inadecuada, o de no tener un comportamiento ideal, me dispongo a escucharla, apoyarla y sugerirle que busque ayuda profesional, y la confianza que desarrolló en mí hará que ella preste atención a esas sugerencias”. [Equipo ASN, Vanessa Arba]

Vea la entrevista completa con la neurocientífica