Santo Domingo de los Tsáchilas, Ecuador... [ASN] En la Asamblea Ministerial Unida de Pastores que se realiza en Instituto Tecnológico Superior y Colegio Adventista del Ecuador (ITSAE – CADE), se dio a conocer el llamado de Junior Vélez, teólogo egresado del ITSAE quien ahora ejerce como pastor del distrito de Loja, Ecuador. Hoy comenta una de las experiencias que marcaron su vida, resaltando la importancia de la salvación, hacer discípulos y multiplicar esperanza, labor que tanto líderes cómo miembros de iglesia deben realizar.

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Junior Alfonso Velez, pastor distrital en Loja - Ecuador.

“Salí desde Santo Domingo rumbo a Pacayacu, en la Provincia de Sucumbios en Ecuador, sinceramente con sentimientos encontrados por dejar a mi familia, esposa y tres niños, pero con la firme convicción de cumplir la orden que el Señor nos ha dejado: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Había tenido cierta experiencia en la obra misionera, pero abrir obra en un lugar donde no existía una iglesia, fue todo un desafío para mí, pero mi confianza en Dios estaba firme.

Pacayacu era un lugar desconocido para mí y muchas dudas vinieron a mi mente: ¿Cómo será la gente? ¿Cómo será su cultura? ¿Será un lugar peligroso? ¿Cuán receptivos serán al mensaje? A pesar de todo Dios fue muy bueno y me dio la convicción de que solo debía confiar en Él.

Toqué la puerta de una casa en donde vivían Gabriel, Esther y su pequeña hija, quienes aceptaron estudiar la Biblia. En cada estudio me preguntaban de cuál religión era, a lo que yo les respondía: que pertenecía a la religión de la Biblia y que a medida que avanzáramos con las lecciones lo descubrirían.

Un día cuando llegué a su casa para iniciar el estudio fue cuando me sorprendieron diciendo: ¡ya sabemos de qué religión es usted!. Me preocupé un poco; al verla llorando pensé que tal vez ya no querían seguir estudiando la Biblia, pero aun así les pregunte: “¿De qué religión soy?” a lo que Esther contestó: “Adventista” . Luego pregunté el por qué de sus lágrimas y me contó que en su infancia había asistido a una Iglesia Adventista en Lago Agrio y siempre había rogado a Dios para que en Pacayacu llegara la verdad que el Espíritu Santo había impregnado en su niñez y que nunca pudo olvidar.

Gabriel y Ester se bautizaron, y hoy son líderes comprometidos en la nueva congregación que como Junior, llevan un mensaje de Esperanza y buscan discípulos para Cristo. [Equipo ASN, Vanessa Castro]