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El camino a Cristo cumple 125 años de publicación

Después de una crisis doctrinaria, el libro surgió para exaltar la persona de Jesús


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El Camino a Cristo presenta un guión en que el amor de Dios es exaltado como una fuerza de atracción al pecador

Brasilia, Brasil… [ASN] Traducido a más de 160 idiomas, el libro El camino a Cristo, autoría de Elena de White, fue lanzado después de un momento turbulento en el inicio de la historia de la Iglesia Adventista y ayudó a reforzar la comprensión bíblica de que el ser humano es justificado de sus pecados por la fe en Cristo y no por la obediencia a la Ley o por aquello que realiza. Aunque este año cumple 125 años desde que fue publicado, su mensaje continúa influenciando la vida de personas en todo el mundo. En esta entrevista, el pastor Hélio Carnassale, coordinador del área de Espíritu de Profecía en la sede sudamericana adventista, presenta detalles sobre la obra y su relevancia para la vida cristiana en la actualidad.

Los templos adventistas pueden realizar programas especiales para promover la obra y reforzar la relevancia de su contenido, sugiere Carnassale (Foto: archivo personal)

¿En qué contexto surge el libro El camino a Cristo?

En 1888 la Iglesia pasó por una fuerte crisis doctrinaria, que resultó en la redefinición de su énfasis, que hasta entonces estaba volcado a la Ley y a su obediencia. En esa asamblea mundial de la denominación, que se realizó en la ciudad de Minneapolis, en los Estados Unidos, las predicaciones, los cultos y los debates fueron en la dirección de exaltar la persona de Jesús y de que la salvación era fruto de la gracia y de la iniciativa divina y no resultado de la obediencia humana. Eso provocó una agitación tremenda en el escenario doctrinario de la Iglesia y Elena de White, en este contexto, se ubicó completamente favorable a este nuevo énfasis, que fue traído por dos jóvenes escritores y predicadores: Alonzo T. Jones y Ellet Waggoner, que eran de la casa editora de la Costa Oeste, en California. Y en contraposición estaba el grupo del este: el presidente mundial de la Iglesia y la Review and Herald, que quedaba en la ciudad de Battle Creek, Michigan.

Este conflicto, de una forma muy contundente, demostró, según Elena de White observó, que nuestros líderes, pastores y hermanos tenían muy poco del espíritu de Jesús: amor, compasión, paciencia; y ella entendió que, a través de su ministerio, debería contribuir para enfatizar este nuevo rumbo que la Iglesia estaba iniciando.

Cuando el libro fue preparado, Elena de White ya estaba en Australia y con la ayuda de una asistente, seleccionó los pasajes más adecuados que ella ya había escrito que exaltaban la persona de Jesús. Y fruto de ese esfuerzo surgió El camino a Cristo. Por lo tanto, no es una obra original. Su lanzamiento es resultado de una compilación que ella misma dirigió con la ayuda de su asistente, llamada Marian Davis.

Por estar lejos, Elena quedó muy temerosa de que los editores de Review and Herald pudiesen modificar el texto o no fueran fieles al original. Por eso, El camino a Cristo fue publicado inéditamente por una editorial no adventista. Un editor en Chicago aceptó el trabajo y publicó el libro en 1892.

Después, en 1908, la Review and Herald compró los derechos autorales de la publicación. Y este fue el primer libro de una serie que siguió, enfatizando y exaltando la persona de Jesús. Después de él vino El discurso maestro de Jesucristo, El Deseado de todas las gentes, finalizando con Palabras de vida del gran Maestro. En un plazo de 10 años, ella publicó cuatro libros exaltando la persona de Cristo. Ese fue el contexto. Una época de transición, una época de crisis doctrinaria en que ella entendió que, por su ministerio, debería contribuir para fortalecer ese nuevo énfasis cristocéntrico que la Iglesia debería adoptar.

¿Cómo fue su aceptación por los adventistas de la época?

El propio hecho de que el impresor haya publicado sucesivas ediciones y que la Review and Herald comprara los derechos autorales poco tiempo después, demuestran que este libro tuvo una excelente aceptación en el mundo evangélico. Aunque no tengamos una investigación o indicación sobre la reacción de las personas, podemos percibir por esos vistazos que la obra fue muy bien aceptada y contribuyó para cumplir su papel.

Este es el libro más traducido de Elena de White. La última estadística informa que ya fue traducido a cerca de 165 idiomas. Tal vez no sea el libro más conocido o más popular escrito por ella. Tenemos El conflicto de los siglos, el propio Vida de Jesús y El Deseado de todas las gentes. Estos tres libros han sido ampliamente divulgados y vendidos por el ministerio de Publicaciones de la Iglesia Adventista, lo que acabó siendo un camino por medio del cual sus escritos llegaron a muchas personas no adventistas y hasta no cristianas, especialmente en Sudamérica.

¿Cuáles son los puntos esenciales que Elena de White subraya en esta obra?

El libro El Camino a Cristo presenta un guión muy interesante en el que el amor de Dios es exaltado como una fuerza de atracción al pecador. Dios no repele al pecador. Él lo atrae. Y una vez atraído, lo bendice, transforma, edifica y hace que la vida de esta persona transformada fructifique. Es un tratado de amor de Dios y de la gracia de Cristo. Es una combinación maravillosa del amor y de la gracia atrayendo a las personas, dando condiciones a esa persona que aceptó a Jesús de vivir una vida cristiana feliz y bendecida.

¿Por qué este libro es tan relevante para la Iglesia hoy?

El mensaje de un Dios de amor, de un salvador amoroso, gracioso, que me mira y no me condena, conoce mi vida y, a pesar de mis flaquezas y fallas, me toma en sus brazos, me perdona, me transforma y me capacita para vivir una experiencia positiva y edificante, es un mensaje que no envejece. Es un mensaje actual. No fue importante sólo para aquellos días en que la Iglesia necesitaba fortalecer el nuevo énfasis. Todavía es esencial para nuestra vida hoy. Ser atraídos a los brazos de Dios continúa siendo una gran necesidad. El camino a Cristo tiene algunas frases muy significativas sobre la vida cristiana. Aparece en destaque la importancia de la comunión con Dios, no sólo en la primera hora de cada día, sino que valoriza la experiencia de caminar con él. El libro no es un tratado teórico. Es práctico. Usted lo lee rápidamente, porque se trata de una lectura amena, agradable.

¿Cuál es el plan de la Iglesia para la conmemoración de estos 125 años?

La División Sudamericana (sede administrativa de la institución para ocho países de Sudamérica) aceptó la sugerencia de la Asociación General (oficina mundial de la Iglesia Adventista) para en este año hacer un esfuerzo de recordar a los miembros la importancia de este libro. A través del White Estate, responsable por la preservación de nuestra historia y del legado literario de Elena de White, se elaboró una lista sugestiva de acciones. Nosotros elegimos 12 de ellas, que fueron votadas en una de nuestras comisiones. Entre ellas está utilizar el libro El camino a Cristo para algún trabajo en nuestras escuelas; ponerlo a disposición de los pacientes de los hospitales adventistas; regalarlo a personas que ya fueron miembros de la Iglesia; incluir el libro en la venta que los colportores realizan de puerta en puerta; estudiarlo en nuestros encuentros realizados en Grupos Pequeños.

¿Qué papel desempeña el área de Espíritu de Profecía de la Iglesia Adventista?

Quien cuida de esta área en la sede mundial de la Iglesia no es un departamento, sino una institución llamada White Estate. El Patrimonio White, como sería su traducción, tiene la responsabilidad de celar y cuidar del patrimonio literario de Elena de White. Por eso, ellos preservan todos los originales que pudieron ser conservados y hay una serie de acciones para fortalecer la comprensión, el uso correcto y el papel del don profético en la Iglesia Adventista. Y este también es nuestro papel en las Divisiones y Uniones (sedes de la Iglesia que administran territorios formados por varios países y Estados, respectivamente). Como coordinadores del Espíritu de Profecía de las Divisiones, nosotros tenemos la responsabilidad no de celar por el patrimonio, porque de eso cuida el White Estate, sino de mantener el uso y la comprensión del don profético en la Iglesia Adventista de manera adecuada, sin sufrir los agravios que a lo largo de la historia de la Iglesia sufrió este ministerio profético.

Por lo tanto, nuestra misión es garantizar que el ministerio profético de Elena de White continúe en nuestro medio, con la comprensión y el uso adecuados. Es importante destacar que ella nunca fue la fuente principal de revelación, ella misma definió sus escritos como la luz menor para señalar hacia la Biblia y hacia la luz mayor, que es Jesús. El papel de sus mensajes es conducirnos de vuelta a Jesús y a la Biblia. Y también, mientras tuvo vida, Elena de White desempeñó un papel muy importante como mensajera de Dios, siendo un instrumento en la solidificación y en el desarrollo de la Iglesia Adventista, de sus varios ministerios y de su misión.

Hoy tenemos la responsabilidad de preservar entre nosotros el conocimiento del don profético, la comprensión de su papel, de su propósito, y de percibir que no es un fin en sí mismo sino un instrumento que Dios usó para guiar a su Iglesia en aquel período tan difícil después del chasco y en días difíciles como los que vivimos hoy, con tanta falsedad, con tanta tentativa de perversión de la comprensión del mensaje bíblico. El Espíritu de Profecía surge como una fuerza de Dios para conducirnos de vuelta a la Biblia y a Jesús. [Equipo ASN, Jefferson Paradello]

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