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Elena de White, dramatizaciones y películas

Una reflexión partiendo de la Biblia y de escritos de la Iglesia Adventista al respecto del uso y producción de películas y dramatizaciones.


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Foto: reproducción de video

Este año la Iglesia Adventista del Séptimo día lanzó una película titulada El rescate para presentar a las personas una parábola moderna sobre el significado de la vida y muerte de Jesús. La película sobrepasó las 300 mil visualizaciones en portugués y español en Youtube, y los números no dejan de crecer. Los innumerables testimonios de cómo el mensaje central impactó en las personas, nos hacen reflexionar en el mayor rescate de la historia, cuando Jesús se hizo uno de nosotros.

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Para aclarar cualquier duda, el departamento de Comunicación de la División Sudamericana presenta el siguiente texto que explica las bases para usar ese tipo de comunicación para predicar.

Uno de los temas que preocupaban a Elena de White en sus escritos fueron el teatro y las dramatizaciones o representaciones teatrales. Los principales estudios que sistematizaron el pensamiento de White con relación a esta cuestión son dos: Representaciones dramáticas en instituciones adventistas, de Arthur White, publicado originalmente en 1963

(http://centrowhite.org.br/pesquisa/artigos/representacoes-dramaticas-em-instituicoes-adventistas/), y el reciente artículo Drama and theather de Liliane Doukhan, publicado en The Ellen G. White Encyclopedia, libro de 2013 todavía no traducido al español. En un breve panorama de esos estudios, queda claro que Elena de White escribió sobre el tema a partir de dos perspectivas: (1) el teatro como medio de entretenimiento y (2) la inserción de actitudes teatrales por parte de predicadores y evangelistas.

En relación al primer punto, el del teatro como medio de entretenimiento, ella critica esa forma de diversión por el contenido vulgar y porque su ambiente está asociado a la vida bohemia (juegos de azar, bebida y cigarrillo), lo que era realidad en la época. Generalmente las declaraciones de Elena de White sobre el peligro de la influencia del teatro están relacionadas al contexto institucional adventista a partir de la década de 1880: el problema de la formación de sociedades literarias adventistas, que llevaban a muchos jóvenes a concurrir al teatro, y de las escenificaciones teatrales “mundanas” hechas en instituciones adventista como colegios y hospitales, aunque hasta hoy no se sabe a ciencia cierta qué tipo de piezas y entretenimiento eran presentados en el Sanatorio de Battle Creek, por ejemplo. Se sabe solo que no tenían carácter religioso o evangelizador, sino solo de entretenimiento.

Sobre el segundo punto, que es el uso de posturas teatrales por ministros y predicadores, White condena esa práctica. Para ella, era inaceptable que predicadores y ministros actuaran de manera sensacionalista o vulgar para atraer a los oyentes.

Abajo siguen porciones del texto de Doukhan, el estudio más reciente en relación a la temática hecha por la Iglesia, ya mencionado anteriormente:

“Otra de las preocupaciones de Elena de White tiene que ver con el comportamiento teatral en contextos religiosos. Con frecuencia ella usa la palabra teatral para referirse a un conjunto de actitudes y comportamientos en el contexto de reuniones públicas, como el púlpito, reuniones de temperancia, reuniones evangelizadoras, Escuela Sabática y reuniones de recaudación de fondos. Muchas de sus referencias a las actitudes teatrales tratan del comportamiento del predicador en el púlpito. White condena especialmente las ‘actitudes y expresiones calculadas para causar efecto’, ‘gestos indignos, impetuosos’ y ‘vulgaridad’, durante las cuales los predicadores ‘causan conmoción, gritan, dan saltos y golpean el púlpito’ (El Evangelismo, 464, Obreros evangélicos, p. 181 y Review and Herald, 8 de agosto de 1978).

“Tal comportamiento era típico de predicaciones en ‘reuniones campales’ [reuniones en carpas] en el siglo XIX, caracterizadas por una temática pragmática e individualista, favoreciendo la espontaneidad [excesiva] y la excitación a fin de ‘despertar’ a la congregación. Siendo que el sermón es el clímax del culto, surgía la tentación a la exhibición y a lo espectacular. En comentarios adicionales sobre actitudes teatrales en la predicación, Elena de White también condena un ‘espíritu de frivolidad’ que contrasta con la alegría genuina; o la ‘exposición del propio yo’, mezclando lo cómico con lo religioso mediante formas descuidadas, burlescas e irreverentes que representan falsamente a Cristo, en vez de predicar la Palabra y de crear una impresión solemne (Obreros evangélicos, p. 17; Fundamentos da Educação Cristã, p. 462, Signs of the Times, 13 de octubre de 1890). En vez de usar anécdotas para divertir a la congregación el predicador debe buscar cualidades como dignidad, simplicidad, bondad y belleza. Además, ella habla contra el uso de “hacer alarde de su ingenio sobre el escenario’ con el propósito de exhibirse, o el deseo de obtener éxito mediante el cultivo de sensacionalismo y de la exhibición externa, usando un tipo vulgar para hacer que las reuniones sean atractivas e interesantes (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 119).

“Lo que se condena en todas esas actitudes teatrales es un abordaje ‘superficial’ que confunde los sentidos y ofusca la verdad. White incentiva el uso de métodos sensibles y racionales caracterizados por una experiencia religiosa profunda, una verdadera piedad y humilde espiritualidad. Por medio del cultivo de expresiones que elevan y ennoblecen, el intelecto se fortalecerá y se confirmará la moral. Simplicidad, humildad, dignidad y sabiduría deber ser las cualidades que gobiernan la presentación de la verdad de manera que los oyentes puedan ser impresionados favorablemente” (Lilianne Doukhan, “Drama and theater”, en The Ellen G. White Encyclopedia, ed. Denis Fortin y Jerry Moon [Review and Herald, 2014], p. 783, 784 [a ser lanzada por la CPB].

Frente a esto, los textos usados para desestimar la creación de producciones audiovisuales de ficción por la organización adventista, que se encuentran en libros como El evangelismo, por ejemplo, se refieren a ‘posturas teatrales’ y ‘exhibiciones teatrales’ presentadas por ministros y predicadores. Tales textos no se refieren a escenificaciones y dramatizaciones producidas por adventistas, sea dentro o fuera del ambiente de culto. No podemos considerar los textos de White sobre el ambiente y el contenido del teatro, y mucho menos las críticas que ella hace a la teatralidad de predicadores, como un argumento para considerar a las producciones evangelizadoras de la iglesia como algo que está en contra de los testimonios.

La Iglesia Adventista jamás buscará medios de producción audiovisual o comunicación que entren en conflicto con los principios bíblicos y conceptos de los escritos de Elena de White y cuyo objetivo sea meramente entretener un público o para exhibir la performance de alguien. Nuestra intención es la de tener relevancia junto a los públicos de la actualidad, pero siempre manteniendo una coherencia con nuestra identidad histórica afirmada en la sólida base bíblico teológica.

“Creed en el Señor vuestro Dios y estaréis seguros” (2 Crónicas 20:20).

 

Rafael Rossi

Rafael Rossi

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Graduado en Teología y posgraduado en Aconselhamento y con maestría en Teología pastoral. Actualmente es el director de Comunicación en la Sede de la Iglesia Adventista del Séptimo día para ocho países sudamericanos. @rafaelrossi7