Entienda más sobre las motivaciones y lo que está en juego con la salida del Reino Unido de la Unión Europea

"Nunca pensé que sería conmigo", afirmó el brasileño Danilo Venticinque, de 30 años. Profesor universitario invitado a dar clases en una universidad de Southampton, en el sur de Inglaterra, él conversaba en español con su esposa mexicana, que está embarazada, cuando se dirigió a él una señora en una parada de ómnibus: “Usted habla inglés, ¿no? ¿Puede entender lo que estoy diciendo? Este es mi país. Estamos saliendo de la Unión Europea. No vamos a tener más tantas personas como usted por aquí. Los tiempos serán otros”.[1] Las palabras de esa señora, poco después del Brexit, dejaron al matrimonio sin reacción y reflejan de manera muy personal cómo “los tiempos serán otros” no solo en el Reino Unido, sino en varias partes del mundo.

Motivaciones y efectos

El Brexit, la salida (exit) del Reino Unido (popularmente, Gran Bretaña) de la Unión Europea, sin duda es el hecho histórico europeo más importante desde la caída del muro de Berlín. Produjo un efecto cuyas ondas ya se sienten en todo el planeta. Quinta economía del mundo, el Reino Unido respondía hasta aquí por el 20% de la riqueza de la Unión Europea (UE). El país también es una de las pocas potencias militares globales con condiciones de enviar fuerzas expedicionarias. Su salida deja también a la UE más vulnerable en ese aspecto, en tiempos delicados de fricción con Rusia y el terrorismo en suelo europeo.[2]

El 52% de los británicos que votó a favor de la salida de la UE lo hizo por temor de que el sistema de beneficios sociales y el propio país esté sobrecargado por la presencia de extranjeros. Desde el punto de vista político, se difundió la idea de que la relación de interdependencia con Europa dificulta la libertad del país. A los ojos de los euroescépticos locales, el Reino Unido estaba prisionero de los “burocráticos de Bruselas” [la ciudad belga que alberga la sede de la UE]. El discurso agresivo y la victoria del leave [salir] en el Reino Unido motivaron a partidos y políticos populistas de países como Holanda, y especialmente, Italia y España, a caldear los ánimos locales contra la Unión, a favor de la “independencia”, en una subida del tono nacionalista.

Pero, el Brexit parece ser un síntoma visible de tendencias mucho más profundas, que van mucho más allá del territorio europeo. En varios lugares, el nacionalismo y el conservadorismo están en duro choque contra la globalización y el liberalismo que dieron forma al mundo de posguerra.[3] Algunas de las principales potencias económicas y militares en Europa, entre otros países representativos en América y en Asia, han tomado posiciones cada vez más unilaterales e independientes, lo que aumenta la posibilidad de conflicto y lanza sombras sobre la paz mundial. Hay una verdadera carrera armamentista por todo el globo.

Candidatos con discursos demagógicos para masas frustradas con el statu quo político parecen remedar el fascismo nazi de la década de 1930, en tiempos de estancamiento económico y de crisis migratoria. En Austria, por ejemplo, la extrema derecha perdió la última elección por poco. Mientras movimientos neo nazistas proliferan de Suecia a Grecia, el antisemitismo y la fobia al islam están en alta y corre subyacente a todo eso un rechazo a cualquier “fundamentalismo”, con todo lo que esa palabra puede significar.

Paradójicamente, cuestiones religiosas se infiltran en la política como no sucedía hacía décadas, hay bancadas evangélicas así como el lobby católico, sin mencionar judíos e islámicos en varias partes del mundo, inclusive en Brasil.

Más allá de la política

En esta era oscura y llena de incertidumbre, las personas viven cada vez más bajo rótulos, y eso no es una señal buena. La disgregación y el particularismo indican los “otros tiempos” en que vivimos, que levanta cada vez más muros entre “nosotros” y los “otros”, resucitando guetos y campos de concentración (vi los “centros de detención” para inmigrantes, como el de Christmas Island, en Australia).

Por lo tanto, la disgregación que se hizo evidente por el Brexit va más allá de una grave ruptura política y aun de un estudio bíblico superficial sobre Daniel 2. Revela dolorosas fracturas en las relaciones humanas, con posibles desdoblamientos significativos para la escatología bíblica, todavía más amplios e imprevisibles, integrando aspectos políticos, económicos y religiosos. El rechazo de la interdependencia, el enfriamiento de la predicación de la igualdad (por más que sonara como un ideal) y el énfasis en el individualismo se instalan para promover todavía más rupturas y conflictos. Las naciones fuertes no se quieren aliar a las débiles, como el hierro no se mezcla con el barro, revelando la fragilidad de los reinos humanos (Daniel 2:42). En la próxima columna vamos a analizar con más detalles la fascinante visión de Daniel 2 y cómo se relaciona con el panorama actual.

 

[1] Barifouse, Rafael. “'Nunca pensei que ia acontecer comigo', diz brasileiro alvo da xenofobia pós-Brexit no Reino Unido” BBC Brasil. Disponible en: http://www.bbc.com/portuguese/internacional-36790653

[2]Twining, Daniel. “Brexit's Blowback on the Liberal World Order”. Disponible en: http://foreignpolicy.com/2016/07/08/brexits-blowback-on-the-liberal-world-order/

[3] Ibíd.