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Único adventista de su ciudad colporta durante la pandemia

Héctor Belucci comparte las informaciones sobre estilo de vida que aprendió con los libros de salud.


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Héctor Belucci muestra los libros que utiliza en su trabajo (Foto: Divulgación)

La experiencia que están viviendo los colportores en esta crisis del COVID-19 da testimonio del cumplimiento de lo que la escritora Elena de White afirmó en el año 1900:

“Mientras dure el tiempo de gracia, habrá oportunidad para que el colportor trabaje” (Testimonios para la Iglesia 6:675).

A pesar de todas las limitaciones que sufren para su tarea habitual, ellos continúan desarrollando su actividad impulsados por Dios, preparados por sus líderes y decididos por su voluntad inquebrantable.

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En San Andrés de Giles, Buenos Aires, vive uno de ellos. Esta es una pequeña ciudad con cerca de 25.000 habitantes, y dista a unos 115km de la Capital Federal. Como tantas del interior bonaerense, no cuenta con una iglesia adventista. De hecho, en la actualidad, allí solo hay un miembro: Héctor Belucci, de 57 años.

Este hombre dedicado a los negocios inmobiliarios durante 30 años recibió un libro misionero en el año 2006, pero no lo leyó. El tiempo pasó y las circunstancias cambiaron. Ya en 2017 sentía una profundad necesidad de Dios. Fue en ese momento cuando le regalaron una Biblia y el curso La Fe de Jesús, que serían el agua fresca que su corazón necesitaba. Al avanzar con los estudios bíblicos, sin demora comenzó a congregarse en el grupo pequeño de San Antonio de Areco, a 25km de su casa. En septiembre de 2017 fue bautizado en el templo adventista de Baradero. Así comenzaba una vida nueva para él, pero los cambios recién se iniciaban.

La familia adventista que le había regalado la Biblia lo animó a conocer el colportaje y lo acompañó a una charla. ¡Le gustó mucho! Tanto que luego participó de una capacitación de fin de semana. Al finalizar esa instrucción, a solo poco más de un año de haber recibido aquel regalo, comenzó a colportar enamorado de ese ministerio. Él fue el primer beneficiado ya que los libros le enseñaron cómo vivir en forma saludable, disfrutando de sus beneficios en forma personal.

Conozca más a este colportor que sirve a Dios, incluso en medio de la pandemia del COVID-19.

¿Qué es lo que más lo motiva a colportar?

El fin último de mi ministerio es que en San Andrés de Giles se establezca una iglesia adventista. Quisiera formar un Grupo Pequeño y a futuro ayudar a establecer una congregación. Por eso busco conquistar personas para Cristo por medio del colportaje, para que un día puedan sumarse a la iglesia.

En estos días de pandemia comencé un nuevo estudio bíblico con una señora que le había dejado un libro misionero en su casa, porque no me habían comprado libros de colportaje. Ella se contactó conmigo y comenzamos a estudiar la Biblia. Hablamos por WhatsApp y así va avanzando. Ella tiene sus luchas donde el Espíritu Santo se está manifestando.

¿Cómo tuvo que adecuar su ministerio durante la pandemia?

Antes de la pandemia yo dedicaba 7 u 8 horas a colportar, en la calle. Ahora no puedo hacer eso, aunque en mi ciudad está autorizada la circulación de personas. Pero no puedo tocar puertas y llegar a donde no me conocen. Esto me obligó a modificar mi estrategia.

Cuando comenzó el aislamiento obligatorio era imposible vender porque estaba prohibido salir. Lo que hacía era establecer contactos para visitar a futuro. Les decía que estábamos preparándonos para iniciar la campaña de salud, cuando se pueda volver a tener contacto. Así mantenía mi servicio activo en favor de los vecinos. El objetivo era identificar interesados a los cuales pueda visitar cuando se pudiera salir de la casa. Fui agendando varios interesados que se convirtieron en clientes una vez que pude volver a salir para hacer esas visitas puntuales.

Utilizo mi Facebook, que lo tengo totalmente dedicado al colportaje, para publicar los libros para mis amigos y también para ofrecerlos en los grupos de mi ciudad sobre ventas, comidas, etc. En WhatsApp publico estados con informaciones de los libros. Suelo usar los materiales que publica el Instituto Vida & Consultores Asociados (IVCA) en sus redes sociales. Entonces después miro quién vio esos estados y les escribo por privado ampliando la información. Por ese medio, también mantengo contacto con mis clientes en forma regular. Converso con ellos y trato de descubrir su necesidad. Les mando un mensaje de voz con informaciones de salud, tratando de que me permitan acercarme a su casa para presentarle los libros. De esa manera establezco visitas ya pactadas, que normalmente las hago en la puerta de la casa, sin ingresar, tomando todos los recaudos.

Por ejemplo ayer una señora que ya tiene libros me contaba que a su hija le afectó la pandemia hasta el punto de llevarla a la depresión. Entonces le ofrecí el libro “Mente Positiva” que trata sobre salud emocional y ya se lo fui a entregar.

 ¿Tuvo que cambiar el contenido de sus presentaciones en este nuevo contexto?

Desde que comenzó la pandemia, no tuve que cambiar el contenido de mis presentaciones. Como acá nos conocemos todos, yo presento el colportaje desde mi testimonio como ex fumador. Las personas me preguntan cómo hice para abandonar ese vicio. Entonces les comparto las informaciones sobre estilo de vida que aprendí con los libros de salud.

También les hablo del alcohol, la alimentación, la salud mental y la espiritualidad. Todo esto en el contexto del coronavirus, advirtiendo que las personas más perjudicadas son las que tienen otros problemas de salud previos, los cuales se pueden prevenir o tratar. Lo único que tuve que cambiar fue la técnica de venta, incluyendo los medios digitales.


Si te interesa saber más, o sumarte a éste desafiante Ministerio, comunicáte con el pastor Nelson Antúnez (Director de Publicacioes de la Misión Bonaerense del Norte de la Iglesia Adventista) al 1126770945.