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Misionera de nuestro campo vuelve después de un año y tres meses en Togo

Tomar la decisión de ir en ayuda de otros no es fácil. Sobre todo, si consideramos alejarnos de nuestro hogar miles de kilómetros. Inspirada con los cantos y el relato misionero de nuestra iglesia, Daniela Yévenes sintió ese llamado desde pequeña. Ir...


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Tomar la decisión de ir en ayuda de otros no es fácil. Sobre todo, si consideramos alejarnos de nuestro hogar miles de kilómetros. Inspirada con los cantos y el relato misionero de nuestra iglesia, Daniela Yévenes sintió ese llamado desde pequeña.

Daniela prestando atención dental en el Hospital Adventista en Togo

Ir a otro país como misionera era algo que rondaba su corazón y todo se concretó el año pasado. Con 31 años de edad y trabajando como Odontóloga en la ciudad de Temuco, decidió enfrentar el desafío. Poco conocía sobre la realidad de Togo, país africano que la recibiría como misionera durante más de un año. A través del Servicio Voluntario Adventista, postuló y pudo ir a ese pequeño país de la zona intertropical de África. Allí aplicó sus conocimientos en el área dental en más de 600 pacientes, la mayoría de ellos niños. Junto a ello, lideró un Club de Conquistadores, trabajó en la iglesia local y dirigió un coro de niños. Junto a otros misioneros visitaron iglesias y aldeas con presencia adventista.

Una de las cosas que más sorprendió a Daniela, es enfrentarse a la vulnerabilidad de la vida. En un país extremadamente pobre, donde es difícil comunicarse por la cantidad de lenguas y dialectos, los niños son los que más sufren. Los menores de edad componen el 40% de la población en Togo. A esto se suma el alto porcentaje de analfabetos de escritura y habla. Conformado por más de 30 grupos étnicos, Togo tiene variados matices culturales y religiosos. El 99% de su población es negra y el lenguaje oficial es el francés.

Con pocos días en la ciudad de Temuco, Daniela está feliz de reencontrarse con su familia. En su mirada aún se puede ver una mente marcada por la experiencia de ser misionera, y el haber conocido una realidad en extremo diferente. Y tu ¿Te atreves?

Equipo del Servicio Voluntario Adventista de nuestra Asociación junto a Daniela