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Preguntas con respecto a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y su liderazgo

El material fue producido por el departamento de Comunicación de la Asociación General de la Iglesia Adventista y trata de cuestiones importantes relacionadas con la unidad.


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La unidad es un activo importante para los adventistas del séptimo día en todo el mundo. Foto: Shutterstock

La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una comunidad espiritual internacional de 21 millones de miembros unidos por el Espíritu Santo en su compromiso con Cristo, su mensaje y misión. Nuestra organización eclesiástica mundial fortalece la unidad de la iglesia, protege su integridad doctrinal y promueve su misión.

El documento sobre preguntas y respuestas, en su totalidad, está disponible a continuación.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una comunidad espiritual internacional de 21 millones de miembros unidos por el Espíritu Santo en su compromiso con Cristo, su mensaje y misión. Nuestra organización eclesiástica mundial fortalece la unidad de la iglesia, protege su integridad doctrinal y promueve su misión.

Durante los últimos meses se han plantado preguntas con respecto a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y su liderazgo. Los invitamos a considerar lo siguiente:

¿En un esfuerzo por unir a la Iglesia en temas difíciles, los líderes de la Asociación General (AG), se han convertido en un poder perseguidor tal como está identificado en Apocalipsis 13?

Sugerir que la Iglesia Adventista del Séptimo Día o sus líderes estén cumpliendo la profecía de Apocalipsis 13:7 es virtualmente identificar a la iglesia como Babilonia. El contexto de este pasaje claramente apunta a Daniel 7 donde un poder tratará de cambiar los tiempos y la ley. El único poder que hace esta afirmación y coincide con la descripción profética es el papado romano, que ejerció tanto el poder religioso como el político a través de la historia y especialmente durante el Medioevo desde el 538 – 1798 d.C.

Al animar a la iglesia a seguir lo que fue votado por la Asociación General en sesión y su Junta Directiva, los líderes de la iglesia están cumpliendo con su obligación de sostener las decisiones de la iglesia mundial.

Los líderes de la Asociación General, ¿están ejerciendo un “poder de realeza” similar a la autoridad papal?

La acusación de que la Asociación General o sus líderes están ejerciendo un “poder real” similar a la autoridad papal malentiende la vasta diferencia entre el proceso de toma de decisiones en la Iglesia Católica Romana en comparación con la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

El papado es un sistema de autoridad centralizada desde arriba hacia abajo, centrada en un papa infalible y sus cardinales. Pero en la Iglesia Adventista del Séptimo Día la autoridad fluye en ambos sentidos, desde abajo hacia arriba, a través de representantes que incluyen  hombres y mujeres, miembros laicos y  pastores.

En la Iglesia Católica, las decisiones doctrinales son decretadas por el Papa y los teólogos prominentes de la iglesia. En contraste, dentro de la Iglesia Adventista, la declaración de las 28 creencias fundamentales simplemente resume lo que los miembros, basados en su propio estudio de la Biblia, ya creen. Solo la reunión más grande y más representativa de líderes y miembros laicos en la Sesión de la Asociación General, que se lleva a cabo cada cinco años, puede modificar esta declaración de creencias, el Manual de Iglesia, y ciertas políticas de la AG, porque esto afecta a todos los niveles de la iglesia. La Iglesia Adventista del Séptimo Día, en todos sus niveles, opera en una forma representativa de gobierno de la iglesia. Los líderes de iglesia son oficiales elegidos que tienen el deber de llevar a cabo las acciones votadas en la Sesión de la Asociación General y la Junta Directiva de la Asociación General.

El hecho de que el incumplimiento en varias áreas de la vida de la iglesia tome un tiempo para resolverse, es un claro testimonio del hecho de que la Iglesia Adventista tiene un sistema de autoridad distribuido, con controles y balances apropiados, y no un sistema que baja desde la cima. También es posible resolver estas cuestiones por niveles superiores del gobierno de la iglesia, tal como la Junta Directiva de la Asociación General o la reunión mundial de líderes y miembros laicos en la Sesión de la Asociación General.

En el 2015 la Sesión de la Asociación General, votó en contra de permitir que regiones del mundo escogieran si ordenarían o no a mujeres para el ministerio evangélico. Los informes completos del Comité de Estudio sobre la Teología de la Ordenación (TOSC, por sus siglas en inglés), ¿estuvieron disponibles para los delegados y miembros antes de la Sesión de la Asociación General del 2015?

El proceso para el estudio de la ordenación fue cuidadoso, minucioso y transparente en todo aspecto. Además del Comité de Estudio sobre la Teología de la Ordenación (TOSC), también se animó a que el estudio se siguiera a otros niveles. Los comités de las divisiones informaron sus descubrimientos al TOSC y viceversa, lo que permitió un diálogo extenso sobre estos temas a nivel mundial.

Los documentos presentados en el TOSC fueron puestos a disposición del público online poco después de cada reunión del comité en el sitio web de ASTR (www.adventistarchives.org/gc-tosc). Tres semanas antes del Concilio Anual del 2014, la Revista Advetista y la Adventist News Network publicaron un apelo a los miembros de iglesia, y especialmente para los miembros de la Junta Directiva y los delegados del Concilio General del 2015, para que con oración estudiaran la Biblia y los materiales en el sitio web de ASTR. El apelo (bit.ly/ARappeal y bit.ly/ANNappeal) incluía numerosos enlaces a materiales relacionados.

En el Concilio Anual del 2014, los miembros de la Junta Directiva de la AG recibieron informes de 30 minutos representando cada una de las tres posiciones generadas por el TOSC. También recibieron un informe de 125 páginas, publicado en junio de 2014, el cual contenía resúmenes detallados de estas tres posiciones y sus respectivas recomendaciones con respecto a cómo avanzar.

Los informes de 30 minutos presentados en el Concilio Anual fueron publicados en su totalidad en la Revista Adventista como Posición 1 (bit.ly/ARposition1), Posición 2 (bit.ly/ARposition2), y Posición 3 (bit.ly/ARposition3).

El 4 de marzo de 2015, se envió una carta a cada delegado de la Sesión de la AG con un enlace a los materiales de la sesión, incluyendo este informe del TOSC con un enlace para solicitar una copia impresa.

En la Sesión de la AG, se leyeron resúmenes de cada una de las tres posiciones, permitiendo más tiempo para la discusión, y hubo copias impresas del informe del TOSC disponibles.

Se debe recordar que el TOSC solo era un comité de estudio; no tenía autoridad administrativa ni era representativo del campo mundial. Su propósito era estudiar el tema de la ordenación y dar a conocer sus descubrimientos a toda la iglesia. Como comité de estudio, solamente se les dio la tarea de investigar y enviar sus informes.

Como tal, la encuesta realizada por el presidente no constituyó un voto oficial. Los resultados indicaron que el comité estaba bastante dividido entre las tres posiciones. Mientras que algunos trataron de leer ese “voto” como favoreciendo la ordenación de la mujer, otros señalan que una mayoría igualmente considerable reconocía el liderazgo masculino como el modelo bíblico ideal para el pueblo de Dios.

¿Está la Iglesia suprimiendo la libertad de conciencia al pedir a los líderes electos que estén en conformidad con las acciones votadas por la Sesión y la Junta Directiva de la Asociación General?

Los líderes de iglesia tienen una responsabilidad especial para ser un ejemplo de fidelidad a Cristo. Lo hacen atrayendo a la iglesia a lazos más estrechos de unidad basados en nuestras creencias y prácticas votadas. Una de las causas de falta de unidad es el incumplimiento de las políticas de la iglesia. Los individuos no están obligados a aceptar estas políticas. La coerción no es parte del plan celestial. Si un líder de iglesia se encuentra en completa oposición a las políticas de la iglesia y no puede vivir con su consciencia, tiene la opción de renunciar a su posición de liderazgo. Cada individuo es libre de seguir la dirección de Dios como él o ella lo entienda, pero cada líder tiene la responsabilidad de mantener las acciones votadas por la Asociación General en Sesión y las acciones de la Junta Directiva de la Asociación General. La libertad de consciencia por un lado y la responsabilidad del liderazgo de la iglesia mundial por otro son valores preciosos que siempre deberían guardarse y respetarse entre nosotros.

Cuando alguien no está de acuerdo con el liderazgo de la iglesia, ¿cuál es la manera apropiada de cuestionar sus acciones y decisiones?

Cuando hay un desacuerdo, uno debería tratar de seguir los principios de Mateo 18. Los ataques personales y públicos están en contra de nuestro mandato bíblico como cristianos. Jesús fue claro: debemos tratarnos unos a otros como deseamos ser tratados.

Lo mismo también es cierto para la forma en que tratamos a los líderes. Incluso el apóstol Pablo, cuando fue reprendido por hablar irrespetuosamente del sumo sacerdote judío dijo “No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo” (Hechos 23:5). Cuando uno escucha o lee la fuerte retórica que es usada hoy en día contra los líderes de la iglesia, uno se pregunta si los que están haciendo las acusaciones conocen a la persona a la que están atacando.

La Biblia nos anima a hablar de forma respetuosa acerca de todos y de nuestros líderes. Permitamos que el Espíritu Santo controle nuestras palabras y acciones.

¿Por qué la unidad es tan importante?

La iglesia es el objeto de la suprema consideración de Dios. Jesús oró específicamente por su iglesia al enfrentar la vergüenza de la cruz, reconociendo que su unidad era un prerrequisito necesario para el cumplimiento exitoso de la misión. Él se la estaba confiando a ellos.

Solo al unirnos en la fe, práctica y misión, el trabajo que Dios nos dio puede ser cumplido con éxito. Un mundo agonizante espera la proclamación del singular mensaje bíblico de los últimos tiempos centrado en Cristo confiado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El imperativo celestial es “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Solo una iglesia unida en amor y doctrina, comprometida con la misión, y llena del poder del Espíritu Santo cumplirá el propósito de Cristo en preparar a las personas para el regreso de nuestro Señor.

Si la conformidad es tan difícil de lograr y este tema es tan divisivo, ¿no sería mejor simplemente olvidarlo y enfocarnos en la misión?

La iglesia mundial estaría muy feliz de dejar estas afirmaciones en el pasado. Creemos que debemos enfocarnos en la misión y en el mandato divino de difundir el evangelio de amor como una iglesia unida. Sin embargo, no podemos ignorar las decisiones que tomamos como un cuerpo global.

De vez en cuando, las familias luchan para resolver temas difíciles. Las familias que ignoran el tema continúan sufriendo, pero aquellas que trabajan sobre estos problemas salen fortalecidas.

Creemos que saldremos de esta lucha más fuertes y unidos como familia de la iglesia global. Llamamos a cada miembro y a cada líder a orar para que el poder del Espíritu Santo nos guie.

Este artículo deriva de un documento más extenso que aborda estos temas específicos en mayor profundidad, disponible en https://executivecommittee.adventist.org/newsletter/.