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Las finanzas de la Iglesia se mantuvieron estables en los últimos cinco años

A pesar de las crisis mundiales del 2015 y 2020, los ingresos permitieron el avance de la misión en Sudamérica.


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El pastor Lopes sostiene la Biblia Misionera, una de las herramientas para apoyar a los evangelistas a expandir el mensaje de esperanza. (Foto: Gustavo Leighton)

“¿Por qué existe la Iglesia?  Porque tiene un mensaje y una misión. Si perdemos eso perdemos la razón de ser”, destacó el pastor Marlon Lopes, director financiero de la Iglesia Adventista para ocho países sudamericanos, durante la presentación del informe de la tesorería en el Concilio Quinquenal de la denominación.

Frente a los delegados, incluyendo a miembros voluntarios y pastores distritales, que estuvieron presentes tanto presencialmente como virtualmente, el pastor Lopes mostró que la salud financiera de la Iglesia a lo largo de los últimos cinco años se mantuvo estable, lo que proporcionó el avance en diversas áreas.

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Eso se dio gracias a, por lo menos, dos factores. El primero fue que, como resaltó el pastor Lopes varias veces, “Dios ha actuado de manera milagrosa en las finanzas de la Iglesia”. Lo segundo fue la fidelidad de los miembros en los diezmos y ofrendas, especialmente en 2020, el auge de la pandemia. Esos dos puntos fueron determinantes, enfatizó, para que la denominación continuara involucrando a más personas en el estudio de la Biblia y pudiera apoyar a las comunidades donde está presente.

Una mirada al pasado, con énfasis en el futuro

Para explicar eso, mostró tablas comparativas de la condición de las finanzas en 2010, 2015 y 2020, en áreas como iglesia, educación, salud, industrias, editoras, comunicación, ADRA y colportaje.

En 2010, los diezmos y ofrendas representaron el 33,44% de todas las entradas recibidas. En 2015, ese porcentaje saltó a 34,12%. En 2020 era de 32,72%. La Educación Adventista representó un 40,95% en el primer período, 37,17% en el segundo y 38,35 en el tercero. Las industrias de alimentos, a su vez, representaron 3,85%, 4,75% y 7,13% respectivamente.

Las variaciones, aunque pequeñas, son justificadas especialmente por la crisis sanitaria y, en consecuencia, la variación cambiaria. “Aun frente a eso, ADRA duplicó el tamaño en recursos empleados. Esa es una noticia muy buena”, expresó al referirse al 1,21% alcanzado por la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en 2020, frente al 0,67% de 2010.

El número de alumnos de la Educación Adventista también aumentó. En 2011 eran 240.034 en los ocho países sudamericanos. En 2015 eran 279.695, y en 2020 llegaron a 299.320. De esta manera, si se compara con el total de estudiantes de la red en todo el mundo, el 15,9% está esparcido por Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay Perú y Uruguay.

Reservas para tiempos difíciles

Pero el pastor Lopes lanzó una alerta sobre la necesidad de no olvidar jamás el papel de toda esa estructura. “La razón de existir de la Iglesia es la predicación del evangelio. Si el mundo crece en un cierto ritmo, ¿cuál debe ser el de la Iglesia? Como mínimo, mayor. Sin esfuerzo jamás lograremos cumplir la misión de la Iglesia. Esta tiene que crecer sí o sí”, recordó Lopes en cuanto a los desafíos que enfrenta la denominación, incluso los financieros.

Sin embargo, su informe dio evidencia de que, a lo largo de los últimos cinco años, aun con la pandemia, la Iglesia vio que los diezmos y las ofrendas crecieron. En 2015, el 36,7% de los miembros devolvieron sus recursos para apoyar el avance de la misión adventista. En 2018, el número llegó al 40,61%. En 2020 ese porcentaje quedó en el 39,14%.

“¿No parece que Dios había provisto eso porque tendríamos un desafío en 2020? Dios sostuvo su Iglesia durante ese período de crisis”, reforzó.

A pesar del aumento del desempleo en todo el mundo y de la caída en la remuneración de muchas familias, el pastor Lopes cree que las personas sintieron la necesidad de fortalecer su comunión con Dios, lo que se reflejó en la devolución de los diezmos y las ofrendas.

Eso también se vio en la manera en la que Sudamérica contribuyó con la misión de la Iglesia en otros lugares del mundo. En 2010, fueron enviados 323.070 dólares con ese propósito. En 2020 ese valor subió a 803.323. “Así como un día recibimos misioneros, hoy ayudamos a otras regiones”, le dijo el pastor directamente al pastor Gary Krause, director de la Adventist Mission y uno de los invitados al Concilio Quinquenal.

Una Iglesia en movimiento

“Si queremos ver ese mensaje predicado, necesitamos plantar iglesias, porque el adventismo no nace espontáneamente”, destacó el doctor Thadeo Silva, director de Compliance de la sede sudamericana adventista cuando se permitió que el plenario se expresara.