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Brasileño nombrado líder en una sede adventista en los Estados Unidos

El pastor Elton DeMoraes ha sido designado presidente de la Asociación de Texas. Lleva 23 años en Estados Unidos y ha trabajado en diferentes áreas.


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El pastor Elton, de 45 años, se graduó en Teología en el Centro Universitário Adventista de São Paulo, Brasil. (Foto: Southwestern Union)

La Junta Directiva de la Asociación de Texas, sede administrativa adventista de aquella región, votó nombrar a Elton DeMoraes como presidente de la Asociación con sede en Alvarado. DeMoraes estuvo muchos años trabajando en esa sede antes de aceptar el cargo de vicepresidente para Ministerios en la Unión Sudoeste en Burleson, Texas. La asociación tiene 64 mil miembros, 230 pastores, 210 profesores, 320 iglesias, 182 distritos, 23 escuelas y un campamento.

Historia

Muchos la consideran un regreso al hogar, pues DeMoraes comenzó su ministerio en la Asociación de Texas como pastor asociado en la Iglesia Adventista del Séptimo Día central de Houston de idioma hispano en 1998. Siete años después, fue nombrado pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Tyler, en Tyler, Texas. Él se graduó en 1997 como bachiller en Teología en el Centro Universitario Adventista de SP (Unasp, EC), además ha concluido una maestría en Divinidad (2005) y el doctorado en Ministerio (2016).

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Fue transferido a la Iglesia Adventista del Séptimo Día del Noroeste de Houston en 2009, solo un año antes de ser nombrado director del departamento de Evangelismo en el idioma inglés, para la Asociación de Texas.

Esa función estuvo fusionada con el área de plantación de iglesias. En 2011, DeMoraes pasó a ser director ministerial de plantación de iglesias y evangelismo para el idioma inglés en la Asociación de Texas. Cuatro años después, fue nombrado secretario ejecutivo de la Asociación de Texas, posición que ocupó por cuatro años, antes de su nombramiento para la Unión del Sudoeste.

Oportunidades 

En una entrevista para la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN), DeMoraes afirmó que se trata de la tercera asociación más grande de la División Norteamericana (sede que administra la Iglesia Adventista para Estados Unidos, Canadá, entre otros países de América del Norte). Hablando sobre el contexto de la pandemia, él reconoce desafíos y oportunidades. “Pienso que tenemos que estar listos para ofrecer mayores oportunidades de conexión que van más allá de congregarnos en el edificio de una iglesia. Continuar usando la tecnología para mantener a nuestros miembros y a los grupos pequeños conectados creo que será la clave para proporcionar esa conexión, resalta.

El nuevo líder de la región afirma que otro gran desafío está relacionado a las escuelas. Recuerda que gran parte de las unidades educativas adventistas, en los Estados Unidos, pasan por dificultades. En Texas no es diferente. “La Asociación de Texas, en 2010, tenía 35 escuelas. Once años después, ese número disminuyó a 23. Necesitamos cambiar esa tendencia”, plantea.

Desafíos

Para el brasileño, uno de los grandes desafíos es el de mantener la unidad de la iglesia. DeMoraes resalta que la polarización política en los Estados Unidos hoy ha causado conflictos en las congregaciones adventistas. Él también está preocupado con las necesidades emocionales, físicas, mentales y espirituales de los miembros y pastores. “Ellos ven los dolores más profundos que están pasando las personas a su alrededor. Muchos hoy tienen dificultades para desconectarse de los problemas que observan casi todos los días”, resalta.

En el área del crecimiento misionero, el nuevo presidente refuerza que sueña con ver una mayor participación de los miembros en la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. “Queremos implementar un programa fuerte de pastorado laico voluntario de manera que vamos a capacitar, movilizar y enviar a esos voluntarios a plantar iglesias en lugares no alcanzados o a cuidar de distritos en regiones rurales y remotas”, afirma.

DeMoraes planea, además, en colaboración con la Radio Mundial Adventista, tener una gran campaña de evangelismo público en Dallas (ciudad muy representativa de la región), involucrando a todas las iglesias.