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"Un año en Misión", un año con visión de servicio

Los chicos compartieron experiencias inolvidables mientras llevaban el mensaje del evangelio a personas que lo necesitaban con urgencia.


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Grupo de jóvenes misioneros

Grupo de jóvenes misioneros

Durante cuatro meses, un grupo compuesto por nueve jóvenes y coordinado por el pastor Andrés Artalaz, trabajó en la ciudad de La Rioja representando a toda Argentina en el proyecto “Un año en Misión”. El mismo se desarrolla alrededor de todo el mundo bajo el nombre “One Year in Mision” (OYiM). En este período, los chicos compartieron experiencias inolvidables mientras llevaban el mensaje del evangelio a personas que lo necesitaban con urgencia.

El pastor Artalaz comenta sobre la vivencia: “Ni bien llegamos, iniciamos las actividades para poder llegar a las personas a través de mesitas misioneras, encuestas públicas, talleres de cocina saludable, club de vóley, merenderos, etc. ; también colaboramos con las iglesias locales con actividades para niños, Grupos Pequeños de jóvenes y predicaciones”.

En el barrio 10 de Junio, un asentamiento de escasos recursos, tres de los jóvenes comenzaron a trabajar con el merendero "Mis Amigos". Allí, Enzo (un niño de 12 años), Estela (la fundadora del barrio) y Jessica (una oficial de la policía de La Rioja), junto a su familia, comenzaron a estudiar la Biblia.

Carla y Yanina estaban trabajando con  la mesita misionera cuando conocieron a Jose, un abuelo de la calle que vivía en la puerta de la catedral de La Rioja. Él también comenzó a estudiar la Biblia. Silvina y Sarai iniciaron un club de voley en el Barrio Cardonal, Román inició un estudio bíblico grupal con la familia de un alto funcionario del gobierno local y Benjamí  comenzó a estudiar las Sagradas Escrituras con una de las peluqueras más reconocidas de la ciudad.
No todo fue color de rosas para los OYiM; tuvieron muchas pruebas al llegar: Silvina y Sarai fueron asaltadas al iniciar la campaña, a Benjamín le robaron en la casa donde alquilaban y asaltaron a Liliana en plena calle.
Sin embargo, la victoria final fue para Dios. Así lo describe el pastor Artalaz: “Gracias al Señor pudimos ver a Enzo entregar su vida a Cristo mediante el bautismo. Su familia siguió estudiando la Biblia. Estela, invitó a todos los residentes del barrio a su bautismo para que vean su entrega a Cristo. Además, ella misma les extendió un llamado a estudiar con los "ángeles", como solía llamar al grupo de los OYiM. Jessica, la oficial de policía, decidió guardar el sábado e invitó a sus superiores a su bautismo. Los integrantes de la familia del líder político, que estaban estudiando la Biblia, decidieron entregar sus vidas a Cristo. Sandra finalmente se bautizó. José ya tiene un hogar (vive con un familiar cercano) y entregó su vida a Jesús. Cuca, la peluquera, también se unió a la Iglesia. Estas son algunas de las 37 historias de conversión de las que fueron testigos los jóvenes OYiM mientras trabajaron en La Rioja”.