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Psicólogo que invitaba a padres llevar a sus hijos al club de Aventureros como terapia, decide bautizarse.

Depositó toda su confianza en el Club Eluzai de Chillán a pesar de no ser adventista. Como psicólogo vio que ahí se trabaja con el amor como base de la construcción del carácter. Los resultados fueron sorprendentes.


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Psicólogo Douglas Muñoz junto a Pr. Aldo Delgado, Presidente de la ACSCh, tras bautismo.

Los menores y líderes del club de aventureros Eluzai, estaban muy expectantes a orillas de la piscina del Centro Educacional Adventista de Los Ángeles, en medio del programa del 4º Aventuri de la Asociación Centro Sur de Chile.

No era para menos. Había llegado el momento en que “su psicólogo” Douglas Muñoz, bajaría a las aguas bautismales para sellar su pacto con Dios e incorporarse a la Iglesia Adventista.

Lo que se vivió en ese momento, es parte de una hermosa historia de vida que comenzó en los primeros meses de este año.

Los primeros contactos con el club

Cuando la hermana Bernarda Rubilar, Directora del Club Eluzai, fue atendida por el psicólogo, ella misma le comenzó a hablar cuanto pudo sobre las actividades que desarrollaba su club.

Le contó algunos detalles que para algunas personas podrían se irrelevantes. Sin embargo, para el profesional no lo fue. Porque, él fue razonando en lo que "pudiese pasar si los niños que él atiende pudiesen estar allí".

“Si en el club –Eluzai- se trabaja con una base segura como lo es el amor. Entonces, en los niños sería más fácil trabajar con todo el resto de sus habilidades, tales como: habilidades sociales, trabajo en grupo y disciplina”. Explica brevemente el profesional.

De ahí que fue recomendando a los padres de niños que llegaban a su consulta, que sin temor se integren al Club Eluzai.

Bernarda Rubilar, Douglas Muñoz y Alejandro Mery

 Impacto en el Club Elizai:

La hermana Bernarda, explica que una vez que el psicólogo comienza a recomendar a los padres el club y los invita a que sean parte él, el número de aventureros comienza crecer de una manera asombrosa.

“Desde 15 niños pasamos a tener 45 más 22 líderes… Nos llegaron muchos apoderados trayendo niños confiando que había un psicólogo en el club. Así seguimos creciendo de manera muy rápida, sobre 60 niños.” Dice.

El crecimiento, fue tan veloz que en sólo semanas tuvieron que preparar nuevos líderes para atender a los menores que estaban llegando. Incluso tuvieron que hacer todos los preparativos para atender las nuevas unidades que se formaron.

El deseo de bautizarse

El psicólogo reconoce que todos los niños que enviaba al club comenzaban a tener notables progresos y se sentían a gusto participando.

Cuenta además, que cuando niño había estudiado en un colegio adventista, pero perdió contacto con la iglesia ya hace bastantes años. Sin embargo, ahora en su vida adulta comienza a sentir un fuerte deseo de asistir a un templo adventista y más aún él mismo se siente empujado a hacerlo por los cambios que estaba viendo en los niños.

De esta manera, decide bajar a las aguas bautismales para sellar su pacto con Dios, vivir una nueva experiencia cristiana y unirse a la misma iglesia a la cual pertenece el club que el mismo recomendó. ¡Qué mejor hacerlo en medio del programa del Aventuri!

El Aventuri

El Aventuri de la Asociación Centro Sur que se desarrolló entre el 23 al 25 de noviembre,  tuvo el lema “Yo también soy un discípulo” logró reunir aproximadamente 750 personas entre aventureros, líderes, padres y apoderados.

El pastor Diego Zamora, Director de Aventureros de la Iglesia Adventista en Centro Sur de Chile, dijo: “Estamos contentos porque los aventureros y su padres participaron esta vez juntos. Como dice el lema Yo también soy un discípulo, no sólo queremos que los padres actúen en el área del discipulado sino también que lo hagan con sus hijos.”

El programa cerró con 13 bautismos de personas que decidieron entregar su vida a Cristo, del mismo modo que lo hizo el psicólogo: en un Aventuri.