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Estudio relaciona la dieta vegetariana a una evolución menos grave de la COVID-19

Las dietas sin carne pueden estar asociadas a una manifestación menos grave de la enfermedad epidémica. La ASN conversó con médico que comentó los resultados.


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El tipo de alimentación practicada por las personas puede tener relación con el agravamiento de cuadros de la COVID-19, de acuerdo con estudio (Foto: Shutterstock).

Recientemente se ha divulgado un estudio en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health  que buscó asociar regímenes dietéticos a cómo se desarrolla la COVID-19 en el organismo humano. El estudio señaló que las personas con dietas basadas en vegetales tienen 73% menos probabilidad de desarrollar cuadros graves al contraer la COVID-19. Otro dato obtenido en el estudio demostró que, entre pacientes que se adhieren a una dieta a base de sólo peces y frutos del mar, sin carne de otros animales, la probabilidad de que la enfermedad no se agrave llega al 53%.

Profesionales de la salud

El estudio fue divulgado con base en las respuestas de 2.884 médicos y enfermeros infectados, que actúan en la línea de frente contra el coronavirus en Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y Estados Unidos. De ese total, se analizaron 568 casos que presentaban síntomas de la enfermedad, ya sea a nivel leve, muy leve, moderado, grave o muy grave.

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La Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN) decidió dialogar sobre el asunto con el médico cardiólogo y de cuidados intensivos Everton Padilha Gomes. Él es doctor en Ciencias Médicas por la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, profesor adjunto de la Facultad de Medicina de la USP y coordinador de un estudio que justamente trata de regímenes dietéticos y calidad de vida. Gomes comentó el estudio.

Indicio importante

El estudio tuvo en cuenta principalmente respuestas de profesionales de la salud de algunos países. Pero, ¿puede considerarse como un indicio para otros perfiles de personas con dietas más basadas en vegetales?

Claro. Lo interesante en el estudio realizado es que tenemos un grupo de personas del área de salud, o sea, personas que saben qué hacer desde el punto de vista de higiene para evitar la COVID-19 (uso de barbijos/mascarillas, lavado de manos, uso de alcohol en gel). De este modo, la desinformación sobre los aspectos preventivos no sería el problema. Además, son personas más expuestas al coronavirus porque se trata de personal de salud. Lo que queda de importancia son los hábitos de vida, algo que puede ser reproducido por cualquier persona, sin importar su edad, sexo o profesión.

Razones

En su evaluación, por su experiencia con otros estudios relacionados a dietas sin ingestión de carne, ¿qué puede efectivamente favorecer la reducción en cuadros graves de enfermedades, por ejemplo, la COVID-19, en el caso de quien adopta estas dietas?

Lo que sabemos es que un factor que influencia mucho para la evolución hacia cuadros graves de infección por coronavirus es cuando la persona tiene factores de riesgo de inflamación (obesidad, diabetes, hipertensión). Varios estudios demuestran que el uso constante y en alta cantidad de alimentación cárnica aumenta la predisposición del organismo en mantener un estado inflamatorio, y esto se asocia además a varias enfermedades cardiovasculares, incluso a la aparición de tumores. Un organismo constantemente atacado por factores inflamatorios tiene más chances de evolucionar a un cuadro más grave de COVID-19, y es eso lo que demuestra el estudio presentado.

Orientaciones importantes

¿Cuál es su orientación sobre la adopción general de hábitos saludables y una preparación inmunológica para enfrentar enfermedad?

Nuestro cuerpo es como una casa. Uno debe mantenerla arreglada, en este caso, con la adopción de hábitos saludables como los ocho remedios naturales que la Iglesia Adventista recomienda hace más de 160 años (agua, aire puro, luz solar, reposo, ejercicio, alimentación adecuada, equilibrio, confianza en el poder divino); la enfermedad puede venir, pero la posibilidad de que evolucione a algo más grave es menor. Es importante notar que los hábitos saludables son especialmente preventivos. Es esencial que esto sea incluido en la vida como una nueva manera de enfrentar el cuidado del cuerpo, y no solamente algo a ser utilizado en época de pandemia o enfermedad.