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Nace Iglesia Adventista como fruto de la red de discipulado

"Esta es una iglesia fruto del trabajo misionero, el poder del espíritu, unido al esfuerzo humano de cada hermano”, sostiene Leandro Dakel, pastor distrital de la Iglesia Adventista de la Blanca.


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Miembros de iglesia, pastores y administradores de la IASD en Paraguay, junto al pastor Herbert Boger, departamental del Ministerio Personal (DSA) inaugurando el templo de La Blanca. (Ph: Virgilio Noguera)

El sábado 02 de febrero se realizó la inauguración del templo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD) de La Blanca, en Ciudad del Este, Paraguay. Su historia inicia el 2016 con la formación de un grupo pequeño (GP) liderado por la familia Davalos. Después de un trabajo constante este fue creciendo, dando lugar a un segundo GP; en el que se integró la familia Funes. Estas dos familias con un total de 15 miembros soñaban con plantar una iglesia adventista en el barrio y comenzaron a trabajar por ello.

En el 2017, Amado Funes, presentó el proyecto de construcción de la iglesia al pastor Ignacio Kalbermatter (entonces presidente de la IASD en Paraguay) y al pastor Erton Köhler, presidente de la IASD para toda Sudamérica, durante la visita que hizo a Paraguay.

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“Compartimos nuestro sueño con el pastor Köhler y él contestó que la sede sudamericana adventista nos apoyaría. Fuimos a ver un terreno, pero la ubicación no era la mejor. En ese momento nos aconsejó que la Iglesia Adventista debe de estar ubicada en una avenida principal para que predique desde el primer momento. Así fue que buscamos una mejor opción y encontramos este lugar.  Él oró por el terreno y reafirmó su compromiso en ayudar”, indica Amado Funes, anciano y director de la construcción de La Blanca.

Para incrementar el número de miembros se realizaron ferias de salud, donde muchas personas fueron alcanzadas por la Palabra y pidieron iniciar una serie de estudios bíblicos, es allí que la feligresía, al no darse abasto, contrató a instructores que ayuden en el proceso. Sumado a esto se unieron las parejas misioneras, los jóvenes Caleb y los jóvenes del proyecto Un Año En Misión (OYIM). Toda una red de discipulado conectada para salvar y trabajar para la obra de Dios.

Templo de la Iglesia Adventista de La Blanca (Ph: Virgilio Noguera)

El número de integrantes fue creciendo y con el pasar del tiempo, el sueño de la construcción de la iglesia, haciéndose realidad. Con la ayuda de la sede sudamericana adventista, el aporte de la administración de la Iglesia Adventista en Paraguay, el apoyo de la iglesia central y la iglesia local, el templo de la iglesia adventista de La Blanca fue construido e inaugurado el sábado 02 de febrero, con un total de 42 miembros activos.

“El sueño de la iglesia partió del corazón de Dios y fue hacia el corazón de los miembros de la Blanca. Por medio de la fe, la esperanza, el trabajo y la oración, las manos del Eterno se movieron. Esta es una iglesia fruto del trabajo misionero, el poder del Espíritu, unido al esfuerzo humano de cada feligrés”, sostiene Leandro Dakel, pastor distrital de la Blanca.

“El templo fue construido casi al 100% por la iglesia local, la cual tiene hermanos consagrados, fieles y misioneros. No tengamos miedo de soñar en grande. Dios no realiza el sueño que no fue soñado y no contesta la oración que no fue hecha”, enfatiza el pastor Evandro Fávero, presidente de la Iglesia Adventista en Paraguay.

Pastor Leandro Dakel bautizando en la cárcel de Ciudad del Este (Ph. Virgilio Noguera)

Una Iglesia que es misionera crece cada día más, como La Blanca, que comprendió que tiene un ministerio por hacer en su comunidad. Por ello, miembros de la Blanca junto a otros hermanos de la iglesia central y de la iglesia del Km 14 de Ciudad del Este, se unieron para formar el Ministerio de Libertación, en la cárcel, y por la gracia de Dios, este año han bautizado hasta el momento dos nuevos miembros.

“La Iglesia de La Blanca es una iglesia que aprendió a trabajar por la comunidad. Ellos, al llevar el evangelio a los reos, que también son nuestros prójimos, siguen el mandato que Jesús nos encomendó”, indica Dakel.

La Blanca es una fiel prueba que cuando los miembros de iglesia son comprometidos, fieles y aman la misión, la obra evangelística puede crecer aún más en el mundo.