Noticias Adventistas

Biblia

Hechos de los apóstoles retrata crecimiento y desafíos del cristianismo primitivo

Guía de estudios sobre el tema trae lecciones sobre el desarrollo e importancia de los primeros años del cristianismo.


  • Compartir:

Por Felipe Lemos

Una parte de los relatos sobre los primeros tiempos de la iglesia cristiana apostólica es narrada en Hechos (Foto: Marg Mowczko)

Los primeros años de la iglesia cristiana fueron considerados decisivos para la expansión de la religión que cuenta oficialmente con millones de seguidores en todo el mundo. El inicio, sin embargo, es bien distinto a la realidad institucional de hoy en día. Se dio en un ambiente simple, en una región bajo el dominio cultural y político del antiguo Imperio Romano, con discípulos en su mayoría originarios del judaísmo y todavía sensibles por la muerte precoz de Jesucristo. Los comienzos del llamado cristianismo primitivo son esbozados en el libro de Hechos de los apóstoles, escrito por Lucas, que será objeto de estudio de adventistas y otros interesados durante los meses de julio a septiembre.

Lea también:

Conferencia Bíblica Internacional reúne a teólogos adventistas en Roma

En los últimos años, Paroschi se ha dedicado a la enseñanza y formación de nuevos teólogos (Foto: Research Gate)

La guía de la lección de Escuela Sabática, un producto de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a nivel mundial, que será analizado este periodo tiene como autor a un teólogo brasileño: el doctor Wilson Paroschi, que dio más detalles sobre el contenido de la obra a la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN). Oriundo de Cianote, Paraná, ha servido a la Iglesia como pastor distrital, editor y principalmente profesor de Teología por más de 34 años. Graduado en Teología (1983) por el antiguo Instituto Adventista de Ensino(IAE), actual Centro Universitario Adventista de San Pablo (UNASP), concluyó su maestría en Teología en el Seminario Adventista Latinoamericano de Teología (1992) y el doctorado en Nuevo Testamento (Ph.D.) por la Universidad de Andrews (2003), en Estados Unidos (EE.UU.). En 2011, realizó estudios pos-doctorales en la Universidad de Heidelberg, en Alemania.

Paroschi publicó varios libros y artículos tanto en Brasil como en el exterior (EE.UU. y Europa). Su obra más reciente, Origen y transmisión del texto del Nuevo Testamento, publicado por la Sociedad Bíblica de Brasil (2012), recibió de la Asociación de Editores Cristianos (ASEC) el premio Areté 2013 de Literatura en la categoría Estudio Bíblico. En enero de este año, Proschi se transfirió para la Schoool of Religion de Southern Adventist University[Facultad de Religión de la Universidad Adventista Southern], en Estados Unidos, donde enseña materias de Nuevo Testamento. Casado con Eliane Paroschi, profesora de Pedagogía, ellos tienen dos hijas: Keldie y Keilyn.

¿Qué tenía en mente al escribir la lección sobre el libro de Hechos, que es un registro histórico amplio e interesante del Nuevo Testamento?

Mi intención era presentar un retrato fidedigno  de los primeros 30 años de la iglesia cristiana, que es el periodo cubierto por el libro de Hechos. Hay mucha incomprensión sobre este periodo, que suele ser romantizado como si la iglesia apostólica fuese un ejemplo perfecto de piedad y fe. A decir verdad, fueron muchas las dificultades a las que se enfrentaron, tanto fuera como dentro de la iglesia. No obstante, tal vez fue el periodo en que la iglesia creció más. La diferencia fue la llegada del Espíritu y la dedicación de hombres como el apóstol Pablo.

¿Qué lecciones principales cree que los lectores de este material podrán aprender a partir del estudio de este libro durante tres meses, con vista a la aplicación en su vida cristiana cotidiana?

Son muchas las lecciones. Tal vez, la primera, como vemos en Hechos 1, es que Jesús intencionalmente dejó a los discípulos en duda en cuanto al tiempo de su regreso a la Tierra. En lugar de responderles la pregunta en cuanto a la restauración del reino (versículos 6 y 7), los comisionó a llevar el evangelio al mundo (versículo 8). Aquí encontramos una importante verdad: el tiempo de la segunda venida no debería jamás ser motivo de especulaciones o sensacionalismo cronológico. La mejor manera de esperar el regreso de Jesús es testificar de él e involucrarse en la misión de la Iglesia.

La expectativa del pronto regreso sin involucrarse en la misión puede conducir a un falso reavivamiento y hasta al fanatismo, mientras que el foco en la misión sin la debida preparación para el pronto encuentro con el Señor en paz puede conducir, como de hecho lo hace, a un énfasis sin propósito en números y en bautismos de personas sin preparación. Ambas cosas deben ser evitadas. Alguien dijo: “Debemos estar listos como si Cristo volviera hoy, pero testificar de él como si volviera en 100 años”.

En Hechos se retrata el periodo de la iglesia cristiana primitiva. ¿Cuáles eran los principales desafíos que esa nueva organización enfrentó internamente y, bajo el punto de vista externo, qué la caracterizó, promoviendo su crecimiento rápido y consistente?

Como dije, fueron muchos los desafíos, tanto dentro como fuera de la iglesia. Uno de ellos, tal vez el mayor, tenía que ver con la misión a los gentiles. Exclusivistas como eran, los judíos, incluyendo a los apóstoles originales, aún no entendían la naturaleza universal del evangelio. Para ellos, la salvación estaba limitada a los miembros del pacto abrahámico, lo que los llevó a insistir en la circuncisión de los gentiles conversos, como si ellos necesitaran primero volverse judíos para, entonces, ser admitidos en la comunidad de la fe. Eso, sin embargo, era una grave distorsión del evangelio, dado que privilegiaba a un grupo en particular (los judíos) y exigía la intervención humana en guardar la ley (la circuncisión).

Si no hubiera sido por alguien como Pablo, la iglesia nunca se habría vuelto el fenómeno mundial que se volvió en solo pocos años. La batalla fue casi inexorable y, finalmente, acabó costándole al apóstol la propia vida. La conclusión de Hechos, sin embargo, muestra el triunfo del evangelio predicado por él.

Usted es uno de los mayores especialistas en Nuevo Testamento y se dedica, también a producir materiales que atestiguan la credibilidad de los escritos de los evangelios. ¿Por qué podemos confiar en la autenticidad de lo que hoy leemos en el Nuevo Testamento, teniendo en cuenta que lo que está disponible para el análisis, conforme se divulga, son copias de copias y, por lo que se sabe, el proceso de copiar contenidos manuscritos no era una tarea tan precisa como se imagina?

De hecho, la Biblia llegó hasta nosotros por manos humanas; no cayó del cielo. Fue así en su composición, fue así en su transmisión a lo largo de los siglos. Manos humanas simples e imperfectas fueron empleadas en el proceso de copia y re-copia de las Escrituras. Por causa de eso, diversos errores fueron incorporados a los manuscritos. Felizmente, el número de copias disponibles hoy es tan abundante que podemos, mediante cuidadosa comparación, identificar los errores y corregirlos. La ciencia que hace esto se llama ‘crítica textual’, que no es más que el examen minucioso  de los manuscritos con la intensión de restaurar el texto de las Escrituras a su forma original.

Tal vez, convenga destacar, sin embargo, que la gran mayoría de los errores tienen que ver con cuestiones de poca o ninguna importancia, y que incluso si se suman no son suficientes para cambiar el contenido esencial de la Escritura. Eso significa que, independientemente de la calidad del manuscrito, el mensaje bíblico nunca fue comprometido. Podemos estar seguros de eso.