Mujer afirma: "Quítenme todo, menos a Dios y a Radio Nuevo Tiempo"
Colocó radios en varios los espacios de su casa para sintonizar la señal de Radio Nuevo Tiempo todo el día.
En cada espacio de su casa se escucha con nitidez la voz de la esperanza, gracias a las radios que ha colocado en su sala, cocina, dormitorio y en el patio.
Lupe Montenegro es una mujer de 59 años. Ella hace 20 años oró con mucho fervor para que Radio Nuevo Tiempo se escuchara en su ciudad. Ahora que este sueño es una realidad, ella no deja de sintonizarla, literalmente, en toda su casa. “Si me voy a la cocina, tengo mi radio a la mano; si estoy en la sala, también mi radio está allí para escucharla. En cualquier lugar de mi casa puedo escuchar la programación”, afirma.
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Lupe es una fiel oyente de Radio Nuevo Tiempo en la ciudad de Chiclayo, ubicada al norte del Perú, que no solo se beneficia escuchando la emisora, sino también, la comparte. “Cuando doy estudios bíblicos, recomiendo escuchar Radio Nuevo Tiempo. Hoy, varios de ellos están en la Iglesia”, comenta.
A mediados del 2020, fue alcanzada por el temido virus del COVID-19 llevándola hasta una sala de hospitalización. Ella no se despegó de su Biblia para hablar a otros del poder de Dios. “La radio me enseñó a servir a los demás, a hablarles de Cristo. Cuando me sentía mejor, les compartía versículos de la Biblia a los otros pacientes”, señala.
Cada conversación culminaba con la invitación a escuchar Radio Nuevo Tiempo y así, sus compañeros de sala iban conociendo y aprendiendo del amor de Dios. “Si salgo con vida de aquí, iré a buscar a Dios”, fue la respuesta de uno de los pacientes que escuchó a Lupe.
Al obtener el alta médica, Lupe tenía que mantener reposo en su casa. Allí fue fortalecida aún más por las predicaciones del pastor Alejandro Bullón, pastor Joel Flores, pastor Robert Costa y Bruno Raso; que son transmitidas por Radio Nuevo Tiempo.
Allí, en cama, su fe se fortaleció mucho más y decidió convertirse en un Ángel de Esperanza (donador de la radio) a través de sus donaciones. “En ese momento, yo no podía predicar, no podía salir a hablar a otras personas; pero la radio sí podía hacer eso por mí”, subraya.
Lupe superó al coronavirus y hoy utiliza los medios necesarios para ayudar a otros a hablar de Cristo. Considera que fue la radio quien le enseñó a servir a los demás. Hoy no quiere dejar de escucharla ni un momento, porque ya es parte de su vida ni siquiera en su casa. “Quítenme todo, menos a mi Dios y a mi Radio Nuevo Tiempo”, afirma.