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Gratitud y servicio

Gratitud y servicio

Cuando oímos la palabra "gratitud", normalmente pensamos en el hecho de decir "muchas gracias". Pensamos también en el hecho de reconocer algo que fue hecho por nosotros. Generalmente olvidamos otra palabrita que está escrita en los diccionarios, un...


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Cuando oímos la palabra "gratitud", normalmente pensamos en el hecho de decir "muchas gracias". Pensamos también en el hecho de reconocer algo que fue hecho por nosotros. Generalmente olvidamos otra palabrita que está escrita en los diccionarios, un sinónimo de "agradecer": retribuir.

El poeta y rey David usó una expresión que se repite 17 veces en la Biblia. Cuando inauguró su casa en Jerusalén, casa soñada por décadas, David escribió una letra y encargó una melodía a sus compositores en la que decía: "Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna" (1 Crón. 16:34). En este mismo poema, leemos: "Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrenda y venid delante de él; postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad" (1 Crón. 16:29).

Aprendemos en este salmo dos formas de gratitud: la alabanza, como expresión de gratitud y la ofrenda, también como expresión de gratitud. La alabanza habita en la región de los labios. La ofrenda habita en la región de las manos, porque gratitud es servicio.

Cuando tenemos muchos motivos para agradecer, tenemos también mucha responsabilidad. No se puede separar una cosa de otra. Dios estableció el servicio al prójimo como un criterio de convalidación de nuestra alabanza. En el Nuevo Testamento, encontramos esta advertencia: "Y nosotros tenemos este mandamiento de él (Jesús): El que ama a Dios, ame también a su hermano" (1 Juan 4:21). Es para nuestro bien, las palabras son duras: "Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad" (1 Juan 3:18).

Cuando tenía 29 años, el inglés Nicholas Winton viajó a Checoslovaquia en las fiestas de fin de año. Allí, quedó impresionado con el clima de miedo; aquel país estaba bajo el dominio de la Alemania nazi. Esto fue al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, que fue de 1939 a 1945.

Winton tuvo una idea: mandar fuera de Checoslovaquia a los hijos de las familias perseguidas. Los padres estarían presos en campos de concentración y los niños morirían sin nadie para cuidarlos. Por su propia cuenta él comenzó a escribir a varios países pidiendo ayuda. Inglaterra y Suecia aceptaron recibir aquellos niños. Winton organizó el viaje.

Cuando desembarcaron en Inglaterra, allí estaba Nicholas Winton esperando para llevarlos a lugares y refugios donde fueron recibidos con amor y criados hasta hacerse adultos. En total, él salvó de la muerte a 669 niños y nunca más los vio.

En 2007, a los 98 años, Nicholas vivió un momento de gran emoción. Un programa de TV inglés llenó el auditorio con aquellos niños que, ahora, eran adultos. Primero, la presentadora del programa avisó a Winton que la mujer sentada a su lado había sido una de las niñas que él salvo. Después la presentadora pidió: " Aquel, en la platea, cuya vida ha sido salvada por Nicholas Winton, que se ponga de pie, por favor". Muchos se levantaron y en medio de lágrimas y aplausos prolongados dijeron gracias a aquel hombre.

Aquel momento fue de gran emoción, pero lo que más lleno de alegría el corazón de Winton fue saber que en gratitud por su acto, aquellos niños se habían transformado en adultos agradecidos y, por eso, generosos y serviciales. "Para expresar la gratitud por lo que sucedió conmigo, intento ayudar a otros", dijo un sobreviviente. "Adopté tres niños", afirmó otro. "Hoy, trabajo dos días por semana como voluntario en un hospital infantil", reveló un tercer sobreviviente.

Vemos en esa historia una linda secuencia de hechos que reflejan el más puro amor: empatía con el sufrimiento del otro, amor por el prójimo, iniciativa, bondad, y gratitud expresada en actos de generosidad.
El día 28 de noviembre vamos a conmemorar el Dia Mundial de Acción de Gracias. Será un buen momento para reflexionar y actuar, actuar en el hogar, en el trabajo, en la escuela, en la facultad, en la calle, en cualquier lugar. Al final, ¡gratitud es servicio!

Vea la historia completa de Nicholas Winton:

 

 

Marcia Ebinger

Marcia Ebinger

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Formada en Periodismo, trabajó en tres empresas de su area antes de actuar en instituciones adventistas. A lo largo de ese período realizó actividades relacionadas a TV, radio y medios de comunicación, prensa y web. Es casada y madre de dos hijos. @marciaebinger