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Comunicación

El poder de un clic

Un clic en Internet puede llevar a la vida o a la muerte.


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En el año 2015 circuló la historia de un niño que, sin darse cuenta, compró un auto por Internet al hacer clic en el celular de su padre.[1] Todavía recuerdo un vídeo comercial que mostraba una empresa aumentando la impresión de una enciclopedia porque percibió muchos clics en los anuncios. En realidad, era un bebé, sin coordinación motora, que hacía clic varias veces sobre el mismo anuncio.[2]. Esos son ejemplos interesantes sobre el poder de un clic, pero existe otro que quisiera comentar ahora.

En el último artículo sugerimos una forma sistemática para hablar sobre Dios en Internet. A esto lo llamamos “Diezmos de las Redes Sociales”. Ahora bien, quisiera insistir un poco más explicando cómo su clic puede llevar vida o muerte hacia las personas.

En los viejos tiempos de Internet, un día creamos un equipo de evangelismo para el sitio Advir.com.  Una de las experiencias que recuerdo fue cuando una simple frase del libro El camino a Cristo “tipeada” en una sala de conversación, fue la respuesta de Dios para alguien que vivía del otro lado del mundo y estaba con un arma a punto de cometer un suicidio. Un simple clic en la tecla que envió un mensaje, interrumpió una tragedia y cambió la historia de alguien.

Creo que no podemos imaginar cómo Dios puede usar nuestros “clic” o un toque sobre la pantalla del Smartphone para ayudar a otras personas.  Algo que necesitamos hacer es colocar esos recursos en las manos de Dios y permitir que nos use.

Usted ya sabe que la mayoría de las redes sociales poseen reglas para distribuir un contenido. Facebook, por ejemplo, monitorea cuánto un post es visto, comentado, compartido y cuántos “me gusta” recibe. Entiende que cuantas más interacciones existen, más relevante es el contenido y por lo tanto decide distribuirlo entre más personas. Por eso, algunos contenidos se vuelven virales, con millones de personas alcanzadas.

Ahora imagine: cuando usted comenta o comparte algo sobre Dios, Facebook entregará eso a más personas. En realidad, usted está dándoles a otros la oportunidad de vida y salvación. Por otro lado, si a la gente le gusta o pasa tiempo en algo que no es bueno, el algoritmo de la red social también entiende que si nos gusta eso, a otros también les va a gustar y ella multiplica el mal para otros. ¿Ya pensó en la responsabilidad que tenemos?

Mi sugerencia es que usted analice esa pregunta seriamente y de manera positiva. Idealice cuántas personas podrá ayudar hoy con un simple clic. Si usted no crea contenidos, podrá visitar las redes sociales de la iglesia para etiquetar y compartir cosas que pueden ser útiles para otros. Pero, no es solo en Facebook. Usted también puede etiquetar y comentar en Twitter, Instagram, Youtube, etc...y llevar esperanza para miles de personas. Su clic tiene mucho poder...

Antes de concluir necesito hacerle una confesión y ser honesto con usted… en realidad el poder no está en su clic o en el contenido que usted comparte. El poder está en Dios que usará su acción para hablar al corazón de alguien, para sanar una herida emocional, para reconfortar a quien perdió un ente querido, para dar paz a quien está angustiado, para llevar esperanza a quien no le ve más sentido a la vida. En otras palabras… su simple gesto de hacer clic, aliado al poder divino llevará vida y esperanza a las multitudes conectadas. Asóciese con Dios en sus redes sociales. Experimente el poder de Dios sobre su clic.

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree...”. Romanos 1:16


Referencias

[1] http://www.correio24horas.com.br/detalhe/noticia/crianca-de-2-anos-compra-carro-pela-internet-enquanto-mexia-no-celular-do-pai/?cHash=d60aff5a3692b9a75c9c0d5263d2893d

[2] https://www.youtube.com/watch?v=aH41_Dc0yQk

Carlos Magalhães

Carlos Magalhães

Iglesia conectada

Como llevar el mensaje de Cristo al mayor número posible de personas con la tecnología digital

Graduado en Publicidad y Propaganda, posee una maestría en Administración por la Fundación Getulio Vargas (FGV), en Brasil, y por años actuó en el segmento de e-Health. Se dedicó al desarrollo de estrategias de evangelismo en Internet por más de diez años. Actualmente es el director de Marketing Digital de la Sede Sudamericana de la Iglesia Adventista.