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Norteamericanos desarrollan trabajo de oración

Norteamericanos desarrollan trabajo de oración

Movimiento de oración en pro de personas en situación difícil se ha convertido en la iniciativa de dos jóvenes norteamericanos.


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En Curitiba, un grupo de jóvenes adventistas se unieron al grupo de oración.

En Curitiba, un grupo de jóvenes adventistas se unieron al grupo de oración.

Curitiva, Brasil... [ASN] Ellos vinieron de lejos para llegar a un lugar con idioma y cultura diferente. En los últimos meses, Brasil fue morada de los adventistas norteamericanos Alex Niculaescu de 29 años, y Levi Longoria de 26, que recorrieron doce ciudades que recibirán a los equipos que jugarán en el mundial Brasil 2014 (los adventistas, inclusive, realizan acciones en este período con el proyecto Esperanza Brasil). La dupla tiene el objetivo principal de orar. La simplicidad de la acción sorprende a muchas personas, pero la razón de todo esto va un poco más lejos. Hace cinco años, Alex trabaja intentando combatir el tráfico humano y la prostitución.
Comenzó con esta acción en su propia ciudad, Atlanta, sur de los Estados Unidos, y hace tres años lleva a cabo un trabajo internacional. El deseo de hacer algo, ante una realidad asustadora, surgió cuando el joven estaba en Sudán del Sur, en una villa, donde realizaba un trabajo voluntario. Entre los niños que jugaban alrededor, Alex se dio cuenta del comportamiento agresivo de una de las niñas en relación a los niños.

Un día, ella no apareció. Allí fue que el joven quedó chocado al saber que la niña de apenas ocho años estaba en casa con el marido de 30 años. Todas las veces que el hombre quería tener a su esposa en casa, la violaba. Por no presentar condiciones físicas de tener relaciones sexuales, al día siguiente la niña no podía levantarse de la cama para ir a jugar con los otros niños. “Pensé para mí mismo que esa es una cosa, que yo, como hombre, no debo permitir que suceda”.

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Fue eso que me llevó a investigar sobre la existencia de la explotación infantil, del tráfico humano, de la prostitución y del abuso infantil”, explica. Alex dice que la decisión de venir a Brasil fue tomada por la grande preocupación con el tráfico humano en el país. Después de muchas investigaciones y contactos sin ningún éxito para su venida a Brasil, el joven reflexionó y percibió que lo que Dios esperaba de él era oración. “Me acordé de varias historias de como la oración en nuestro ministerio en Atlanta fue clave.  Necesitaba orar por las personas, porque el problema es muy grande. No puedo hacer nada, no puedo salvar a nadie, pero Dios puede”, argumenta.

Oración y acción

A partir de ese momento, el objetivo ya estaba trazado en la mente de ellos: caminar por doce ciudades de Brasil y orar por cada persona que cruzase su camino. La ayuda era bienvenida. Entonces, Alex invitó a su amigo Levi Longoria para participar. Al principio, Levi se asustó al ser informado que solo serían ellos trabajando en ello, sin ayuda financiera o alguna organización involucrada pero luego entendió que era la voluntad de Dios.

“Dios es responsable por no dejarnos pasar hambre, por darnos lugares para hospedarnos, por todo lo que necesitamos”, asegura Levi. Todo planeado, maletas listas, y el primer destino fue la ciudad de Salvador. De allí fueron para Recife, Natal, Fortaleza. En seguida, Manaus, Cuiabá, Brasilia, Belo Horizonte, Río de Janeiro, Sao Paulo, Curitiva, finalizando el trabajo en Puerto Alegre. En los estadios, los jóvenes, solos o en grupos caminaban alrededor mientras oraban y dedicaban aquellos sitios para Dios. “Nosotros sabemos que esos lugares fueron hechos para distracción, para el entretenimiento, pero es necesario dar acceso a Dios al corazón de esas personas, porque él todavía puede alcanzarlas”, defiende Alex.

Los jóvenes despertaron la curiosidad hasta de los integrantes de la FIFA que les permitieron el ingreso al estadio para grabar y orar. “Dios escuchará las oraciones y trabajará durante este mundial de fútbol”, confía la dupla. En cuatro meses, diversas personas fueron beneficiadas, tanto las que se propusieron ayudar en el proyecto como aquellas que fueron ayudadas con oración y orientaciones, sin contar el beneficio propio causado con la llegada de estos dos estadounidenses. “No necesitamos tener mucho para ayudar a las personas, sólo necesitamos estar disponibles”. [Equipo ASN, Jéssica Guidolin]

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