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Recupera su matrimonio como resultado de persistir en ser fiel a Dios

Esther Ticlla recuperó su matrimonio con el poder de la oración y de su fidelidad a los diezmos.


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“Cuando una hija o hijo de Dios clama con fe, un milagro acontece”, afirma Esther.

“Cuando una hija o hijo de Dios clama con fe, un milagro acontece”, afirma Esther.

Lima, Perú... [ASN] Esther Ticlla no entendía qué significaba diezmar y lo hacía de la forma que ella pensaba. En una semana de Mayordomía Cristiana que impartió la Iglesia adventista “Fragata”, en San Juan de Lurigancho (Lima- Perú) explicaron que el diezmo es la décima parte de todos los ingresos. Esther empezó a probar a Dios con el dinero que su esposo Francisco Ticlla le daba para la compra de los alimentos del día.

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Cuando él se enteró de ello, se enojó con Esther, quien había decido aferrarse más a Dios. “Los problemas aumentaron. Cada día era una lucha para mí”, afirmó Esther. Sin embargo, ella continuaba diezmando y manteniendo su fidelidad a Dios a escondidas. Pero, Francisco encontró un recibo de diezmo entre las cosas de Esther. “Ese día fue terrible. Su pensar era que yo estaba regalando el dinero a la iglesia, un dinero que él ganaba con su trabajo”, expresó Esther.

A partir de ese entonces, Esther rompía todos los recibos de sus diezmos, pero los problemas iban en aumento a tal punto que querían divorciarse. “Estaba yendo en busca de un abogado para iniciar los trámites cuando me encontré con un pastor y me aconsejó que dejara todo en las manos de Dios”, puntualizó Esther. Ella se aferró más a Dios y clamó a él en busca de ayuda.

Poco a poco, se dieron cuenta que los ingresos de su pequeña empresa familiar iban en aumento y más clientes empezaron a llegar. “Entonces mi esposo me preguntó: ‘¿Qué está pasando?’ y yo le dije que era Dios quien estaba haciendo esto”, dijo Esther. Aquél momento se convirtió en una oportunidad para compartir la Palabra de Dios con su esposo. “Simplemente se está cumpliendo la promesa de Malaquías 3:10: Abriré las ventanas de los cielos para derramar bendiciones hasta que sobre y abunde”, explicó.

Francisco no podía salir del asombro y pidió perdón a su esposa, asegurándole que no quería vivir lejos de ella y de sus hijos. Lágrimas rodaron por el rostro de Esther y se arrodilló agradeciendo a Dios por el cumplimiento de su promesa en respuesta a su fidelidad.

Su esposo inició cursos bíblicos para conocer más a Cristo. Su negocio creció y ahora se han convertido en uno de los distribuidores para los supermercados más grandes de la capital peruana.

El viernes 15 de abril, Esther llegó a la Universidad Peruana Unión, desde donde se transmitió el programa satelital Revive 2016, junto a su esposo para contar este cambio de vida. El momento se convirtió en inolvidable cuando Francisco ingresó a las aguas bautismales para entregarse por completo a Dios.

“Cuando una hija o hijo de Dios clama con fe, un milagro acontece”, afirmó Esther. [Equipo ASN, Rosmery Sánchez]