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Médica renuncia a dos trabajos para ser voluntaria entre refugiados

La médica ya tuvo una experiencia misionera en Kenia y recomienda a los jóvenes a ser misioneros voluntarios.


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La pediatra Marianela Cartagena con una niña refuagiada en el campo de refugiados de Oinofyta al norte de Grecia.

La pediatra Marianela Cartagena con una niña refuagiada en el campo de refugiados de Oinofyta al norte de Grecia.

Brasilia, Brasil...[ASN] La pediatra Marianela Cartagena, de 34 años, nacida en Argentina, renunció a su trabajo en una clínica privada donde tenía su consultorio, en la provincia de Entre Ríos. La decisión la tomó luego de ver un video por el día del refugiado, el sábado 25 de junio de este año, en la iglesia de la Universidad Adventista del Plata, institución donde se graduó en medicina.

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“Estaba con deseos de salir de ese trabajo. Sentía que me faltaba algo y luego de ver un video del trabajo del ministerio Adventist Help en Grecia, en un sermón, el Día de los Refugiados, sentí el llamado de Dios: “Tú debes ir allí”. Decidí dejar todo y tomar esta experiencia como un nuevo comienzo en mi vida”, relata la pediatra quien laboraba además en Salud Pública para el gobierno argentino.

Actualmente, la médica lleva trabajando como voluntaria 1 mes y tres semanas al norte de Grecia, y su plan es quedarse hasta el 16 de noviembre de este año sirviendo en el campo de refugiados de Oinofyta al norte de Grecia.

Cartagena dice que no se arrepiente de haber abandonado su trabajo “porque esta experiencia me ha ayudado a crecer espiritualmente, como persona, y si no hubiese venido me hubiese arrepentido toda mi vida. He conocido gente de muchas partes del mundo. Me he enriquecido con cada historia de vida, con cada experiencia, con cada sonrisa, con cada momento disfrutado y vivido”. Además agrega, “tengo más amigos y eso me llena el corazón”.

Cuando la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN) le pregunta sobre la importancia de ser voluntario, ella responde que recomienda ser un misionero voluntario porque una vez que se es voluntario se quiere serlo toda la vida. “Quizá a veces uno está un poco angustiado porque no sabe que nos depara el futuro, pero aprendí a confiar en que Dios tiene el mejor plan para mí y tengo que seguir por la senda que me guíe. No debo temer, porque Él está al control de mi vida”, dice Cartagena.

En relación al ministerio para el cual es voluntaria (Adventist Help), la pediatra comenta que se necesita de personas que brinden su tiempo: médicos, enfermeros, voluntarios de todo tipo que estén dispuestos a colaborar en lo que se necesite. “Necesitamos también donaciones (dinero en efectivo o medicamentos, objetos de enfermería, ropa, juguetes y muchas cosas más para estas personas. Adventist Help subsiste gracias a las donaciones de la gente”. Dona aquí.

Vea algunas fotos en relación al tema

Marianela Cartagena comparte con ASN que ser voluntaria entre refugiados le ha ayudado a aprender lecciones de vida “como la alegría de los niños a pesar de las dificultades, la valentía de las personas por dejar todo y empezar una nueva vida, arriesgar sus vidas al atravesar países, fronteras; un ancho mar para llegar a tierras lejos de la guerra, que no se necesita tanto para ser feliz, que puedes compartir lo que tienes aunque sea poco, con mucho amor y hacer feliz a otras personas, que no hay raza, ni religión, para demostrar amor y amistad”, agrega. [Equipo ASN, Cárolyn Azo]

Para conocer más del trabajo de Adventist Help entre los refugiados vea el video en el cual la médica Marianela Cartagena participa.