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Encontró su dinero extraviado milagrosamente

Luz Elena extravió un dinero destinado para los alimentos de la semana, ella buscó incansablemente pero no lo encontró sino hasta pasados algunos días después.


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Luz Elena Namoc vive agradecida a Dios y anima a los miembros de Iglesia a ser fieles.

Luz Elena Namoc vive agradecida a Dios y anima a los miembros de Iglesia a ser fieles.

Lima, Perú... [Perú] Luz Elena Namoc vive en Huaral. Un día extravió un dinero destinado para los alimentos de la semana, ella buscó incansablemente pero no lo encontró sino hasta pasados algunos días después.

“Yo separé 200 soles para la alimentación de mi familia. Pero era miércoles y yo había gastado la mitad y necesitaba hacer más compras. Entonces fui al lugar donde lo guardé, pero no había”, afirmó Luz.

Empezó a preocuparse, buscó en todos los ambientes de la casa y no hallaba nada, preguntó a su esposo y a sus hijos y nadie había visto el dinero. Sus hijos le ayudaron a buscar por toda la casa y no apareció.

Volvió a su dormitorio y se echó a llorar desconsolada como una niña, no sabía qué hacer para encontrar el dinero, pues era lo último que tenía para sostenerse. “Mientras lloraba, escuché una voz apacible como: ¿Qué te sucede? ¿Por qué lloras?”.  Luego, sintió un escalofrío en su cuerpo y sus lágrimas no salían de sus ojos, quería llorar más, pero no podía hacerlo. Alzó su vista al cielo y oró, diciendo: “Señor, ayúdame a encontrar el dinero que me diste y si no fuese así, no me desampares y susténteme”, expresó en su oración. Se tranquilizó y continúo con su vida normal.

Iba a la iglesia todos los cultos, estudiaba su Biblia muy temprano, oraba al Señor con mucha pasión y dedicaba su tiempo para las actividades de la Iglesia. Hasta que tres días después, cogió el libro de Sermones 2016 para estudiarlo y prepararse para el mensaje de mayordomía, lo abrió y encontró la misma cantidad de dinero. “No era el mismo billete, era un billete totalmente nuevo, como si recién hubiera salido del banco”, sostuvo Luz.

Inmediatamente se arrodilló y dio gracias a Dios. Contó a sus hijos y ellos se alegraron con ella.

Desde entonces, Luz Elena vive muy agradecida a Dios porque no la desamparó en los días de grandes necesidades. Ella está convencida que Dios responde nuestras peticiones y conoce todas nuestras necesidades y ve la forma y la manera de cómo conceder nuestras peticiones.

“Gracias a Él, sigo siendo fiel a Dios e impulsaré a nuestros hermanos de iglesia ser leal al Señor”, puntualizó Luz Elena. [Equipo ASN, Rosmery Sánchez]