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Tres historias con un solo objetivo: Un año en misión

Tres jóvenes compartieron su experiencia de estar participando en OYIM. Conocé de qué se trata este grupo de jóvenes en misión.


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De Izq. a Der.: Celeste Ángela, Patricia Fernández y Tiago Frum.

Patricia Fernández, Celeste Ángela y Tiago Frum estuvieron presentes en el encuentro de planificación de la Iglesia Adventista en Argentina y compartieron su experiencia de participar en este programa para jóvenes OYIM (por sus siglas One Year in mission: Un año en Misión).

Patricia era docente de informática en Andresito, Misiones. Un día decidió dedicar un año de su vida a Dios. Escuchó la posibilidad de participar de OYIM y le confesó a Dios que “estaría bueno hacer eso”.

Le planteó la situación al director de la escuela para la cual trabajaba. El director le pregunta: ¿Cuánto vas a ganar? a lo que ella responde: Acá no hay plata, solamente entregar tu vida a Dios. Así fue el comienzo de esta historia para Patricia que hoy disfruta del programa Un año en Misión en Resistencia, Chaco.

Patricia destaca: “Lo mejor que me pasó es esto. Dios me estuvo preparando como docente para este trabajo. Tengo la posibilidad de hablar con la gente, entrar en sus casas y enseñarles de Dios”. Hoy, ella tiene la posibilidad de ir el año próximo para Brasil. Depende de algunos “papeles” a la vista de los hombres, pero sin dudas depende de Dios para llevar su nombre “hasta lo último de la tierra”.

Patricia, Celeste y Tiago comparten su experiencia de Un Año en Misión.

Patricia, Celeste y Tiago comparten su experiencia de Un Año en Misión.

Celeste es de Tucumán y este año entrego su vida a Dios a través de OYIM. ¿La invitación? Le llegó a través de WhatsApp. En un grupo titulado en su celular como “Adventistas de Sudamérica” una chica de Resistencia, Chaco, le envía la invitación.

En ese momento Celeste atravesaba una situación difícil. Se sentía deprimida y vivía en su pieza todo el día. Comía, leía, dormía, “mi pieza era mi mundo” remarca. Cuando le llega la invitación ella le dice a Dios: “Si querés que yo vaya entonces abrí las puertas”.

Luego de hablar con sus padres y abuelos, Dios abrió las puertas y cuando menos lo imaginaba se encontraba arriba del colectivo rumbo a Chaco.

“Dios está cambiando mi vida” reflexiona Celeste, “puedo valorar más lo que tenía”.  Es estudiante de nutrición, dejó su carrera y el año que viene va a estudiar en la UAP. “No es un año perdido, sino todo lo contrario – reflexiona Celeste – es un año para mi salvación”.

Los líderes del Ministerio Joven de todas las regiones presentes.

Los líderes del Ministerio Joven de todas las regiones presentes.

Tiago Frum estaba por empezar a estudiar la licenciatura en sistemas de información. Pagó la matricula en diciembre y este año ya comenzaba. Pero en enero lo visitaron los Caleb y se enganchó con el trabajo solidario. A fin del Caleb el Pastor habla del proyecto OYIM y cuando escuchó nombrarlo dijo para sí: "Tengo que estar ahí!" y aunque – según Tiago - era una "locura" (humana, no de Dios) lo puso en oración.

Dios abrió todas las puertas para que hoy Tiago este participando del programa Un año en Misión en Neuquén. ¿Lo más sorprendente de todo? El año que viene estaría yendo a la UAP pero no a estudiar Sistemas, sino Teología.

Sin duda Dios ha guiado a estos tres jóvenes, como también a muchos otros que participan del programa joven Un Año en Misión.

[Por Alexis Villar]