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Mujer misionera ofrece historias bíblicas a niños menos beneficiados

Iniciativa permite que niños con pocos recursos económicos disfruten de Escuela Cristiana de Vacaciones.


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Por Rosmery Sánchez

Irene Varillas, dona tiempo y recursos en labor misionera para niños.

El cansancio descansa sobre sus pies y un manto blanco de polvo cubre sus zapatos opacando su color original. Ha recorrido a pie varias cuadras sobre un camino polvoriento, no porque no tenga dinero para pagar una movilidad, sino porque es el único medio para llegar a decenas de niños y enseñarles el amor de Dios.

Con una amable sonrisa y una delicada voz, Irene Varillas, una mujer de aproximadamente 75 años, llega hasta la puerta de las casas de los niños para solicitar permiso a los padres de familia y llevarlos a la iglesia para hacerlos partícipes de la Escuela Cristiana de Vacaciones.

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“Lo que anhelo es que ellos conozcan a Dios”, afirma Irene, quien, impulsada por el amor a los niños, trabaja junto a su compañera Consuelo en la elaboración de manualidades y materiales necesarios. “El trabajo no es fácil, pero lo hacemos con mucho cariño y amor. Ellos son niños con pocos recursos económicos y no son adventistas, así que no hay costo de inscripción. El esfuerzo que hacemos es para ellos”, indica.

Menores desarrollaron habilidades manuales.

Cada tarde, Irene llegaba al patio de la Iglesia con 20 niños, entre 6 y 11 años de edad. Allí, los menores aprendieron sobre las “Aventuras en Tierra Santa”, donde se sumergieron en la cultura de los tiempos bíblicos, experimentando nuevas tradiciones, comidas, trabajos manuales, arte y descubriendo el significado del sacrificio de Cristo en la cruz. Aprendieron versículos de la Biblia, a cantar, a orar y exploraron costumbres judías. “Les enseño a orar y les explico por qué tienen que hacerlo diariamente”, afirma Irene.

El historial del trabajo misionero de aquella mujer con los niños inició hace 20 años. “En ese entonces, algunas iglesias que recién estaban iniciando, no tenían lugar para los niños. Entonces me veía en la necesidad de juntar ladrillos y maderas, armando asientos para los ellos y así les contaba historias de la Biblia”, sostiene Irene.

Desde hace cuatro años, ella viene organizando la Escuela Cristiana de Vacaciones con el Grupo Organizado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día “Shalom”, en Huachipa, al Este de la capital peruana, obteniendo favorables resultados no solo en los niños, sino también con sus padres.

Irene y su compañera Consuelo, junto a la decoración que hicieron para los menores.

La historia de Irene Varillas es un ejemplo de miles de maestras voluntarias en el Perú que dedican su tiempo y sus recursos en la Escuela Cristiana de Vacaciones, un evento promovido por el Ministerio del Niño de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, con el fin de que los niños puedan vivir una experiencia más cercana a Dios, a través de la naturaleza, las habilidades manuales y la recreación sana. Se realiza en cada templo adventista anualmente durante una semana y, cada año, tiene una temática diferente.

En el 2018, el lema fue “Aventuras en Tierra Santa” y se les enseñó cómo Cristo puede ser parte de la vida de hoy y cómo fue su vida diaria en los tiempos bíblicos.