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Iglesia en Rumania vuelve a la vida como respuesta a la oración

Luego de feverosas oraciones el pastor Benjamín Stan vio los resultados en su iglesia.


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Luego de feverosas oraciones el pastor Benjamín Stan vio los resultados en su iglesia.

Bucarest, Rumania…[ASN] El nuevo pastor estaba estupefacto cuando se presentó a la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Bucarest- la única iglesia de habla inglesa en la capital de Rumania-donde encontró solo tres personas presentes. Las tres eran rumanas.

“Ellos eran muchos para decirme que era esto, que eran todo el grupo”, dijo el pastor, Benjamín Stan.

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Tres semanas más tarde, Benjamín supo que una de las tres personas, una mujer de 21 años, no tenía previsto asistir más a esa iglesia. La madre de la joven llegó a la iglesia el sábado después de haber asistido al grupo por dos años, pues había decidido seguir adelante.

La madre trató de decirme de una forma cortés que su hija estaba pensando ir a otra iglesia porque quería una iglesia donde hubiese más jóvenes”, dijo Benjamín. “Tú sabes que jóvenes necesitan de jóvenes para crecer”.

Mientras el pastor escuchó a la madre hablar, se preguntaba porque Dios lo había guiado aparentemente a una iglesia muerta. Él oró: “¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué me has hecho este llamado?

En ese momento, la mujer Rumana que asistía a la iglesia regularmente pero que no era miembro llegó con una pareja de ancianos. Ella conocía a la pareja- un pastor adventista jubilado que estaba de gira por Rumania con su esposa- en el camino a la iglesia se enteró que estaban buscando una iglesia.

“Fue entonces cuando comprendí que había necesidad de una iglesia internacional”, expresó Benjamín. “Tenemos turistas que llegan a Rumania y que necesitan un lugar para adorar”.

Benjamín oró por la iglesia. Un par de semanas después, se presentó a la iglesia y encontró a un hombre vestido con traje y corbata esperando afuera.

¿Puedo ayudarte?, le preguntó Benjamín.

“Sí, estoy buscando una Iglesia Adventista del Séptimo Día”, replicó el extraño.

Una vez, el Grupo Pequeño de la iglesia se reunió para adorar. Benjamín le pidió al hombre que se presentara. El hombre dijo que vivía con su esposa y sus dos hijos en Polonia pero que trabajaba en Rumania, que buscaba una iglesia para congregarse el sábado.

“Fue entonces que me di cuenta que hay extranjeros que trabajan en Rumania pero que no hablan rumano”, contó Benjamín. “Esta iglesia sería buena para ellos”.

Poco tiempo después, lentamente los meses de verano llegaron, y los dos miembros de la iglesia y los otros asistentes dejaron Bucarest por vacaciones. La iglesia se cerró hasta el otoño.

Cuando se reabrió, Benjamín sugirió programar una Escuela Sabática y servicio de culto divino los sábados por la mañana. Hasta entonces, la iglesia había ofrecido solo servicio de culto divino de las 18h a 19h cada sábado.

Los miembros no estaban conformes con el nuevo formato. Ellos iban a las iglesias rumanas en la mañana porque no querían perder ese compañerismo. Pero Benjamín insistió.

“Tenemos que dejar de jugar a la iglesia”, dijo él. “Nosotros no venimos aquí a estudiar inglés. Venimos aquí a estudiar la Biblia. Si vamos a hacer esto, necesitamos ser una iglesia”.

Benjamín reclutó a un tesorero de 17 años y a un líder de 19 años para la Escuela Sabática. Encontró a un hombre de 30 años para servir como anciano. Anunció el nuevo horario de culto matutino en las redes sociales.

Esa primera mañana de sábado, 32 personas se hicieron presentes.

“El visitante Polaco, quien había estado tomando estudios de la Biblia con Benjamín, fue bautizado el sábado por la mañana varias semanas después.

Hoy, Benjamín no duda que la iglesia, iniciada por el pastor Adrian Bocaneanu el 2010, cumple un importante rol en Bucarest. Ahora tiene 26 miembros, y semanalmente asisten de 30 a 50 personas, incluyendo turistas, trabajadores extranjeros, y estudiantes internacionales. Un par de veces han asistido 60 personas.

“Con excepción de dos sábados, hemos tenido por lo menos un nuevo visitante en la iglesia cada sábado”, dijo Benjamín, de 43 años, quien también es director asociado de jóvenes de la Iglesia Adventista en Rumania y supervisa los clubes de Conquistadores y Aventureros.

La iglesia fue oficialmente reconocida por la Unión de Rumania como una iglesia en marzo de 2016, 10 meses después de que Benjamín comenzase a orar.

¿Qué pasó con esas tres personas que asistían a la iglesia cuando Benjamín llegó el primer sábado?

“Los tres miembros todavía van a la iglesia, y están muy involucrados”, relata Benjamín. “La joven que salió es ahora una de nuestra líderes”. [Equipo Adventist Mission, Andrew McChesney]