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Vivir una vida coherente con la religión fortalece espiritualidad de los hijos, dice especialista

Los hijos necesitan que los padres viven lo que predican.


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Foto: Shutterstock

Por Carolyn Azo

Datos de la Iglesia Adventista en Sudamérica muestran que jóvenes  son los que abandonan la organización en su mayoría. Un asunto delicado y que viene siendo trabajado por los líderes adventistas con el fin de remediar estas cifras.

La Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN) entrevistó al pastor Alacy Barbosa, líder de Ministerio de la Familia para ocho países de Sudamérica, quien habló sobre la importancia de que los padres viven lo que predican.

 Hoy en día muchos hijos dicen que ya no quieren profesar la religión de los padres y abandonan los principios bíblicos, ¿qué papel cumple la familia al respecto?

 Nuestro gran desafío es que los padres quieren que sus hijos abracen una religión que muchas veces, los hijos no ven reflejada en la vida diaria práctica de los padres. No debemos olvidar que la mejor manera de transmitir los principios y las verdades bíblicas es a través de la inspiración motivada por la vida de padres convertidos. Los hijos no necesitan padres perfectos, necesitan padres espiritualmente coherentes.

¿Se debe obligar a los hijos a seguir la religión de los padres?

Todo lo que es obligación no proviene de un corazón entregado y de una decisión voluntaria. Los padres deben enseñar, conducir, y discipular a sus hijos especialmente de niños para implantar en sus corazones el deseo de seguir la religión de su familia por voluntad propia y creer verdaderamente en sus enseñanzas. Los hijos no siguen discursos; siguen la coherencia de los padres.

¿Qué deberían hacer los padres para fortalecer los principios bíblicos en el hogar?

  • Dedicar tiempo para disfrutar con los hijos un poco de su día, todos los días;
  • Contar a sus hijos los milagros que Dios hizo en la vida de ellos;
  • Tener reglas disciplinarias que orienten la conducta de la familia. Estas deben ser claras, objetivas y conocidas, así como también sus consecuencias;
  • Desarrollar la habilidad de escuchar a sus hijos (sueños, problemas, quejas y alegrías);
  • Mantener un clima de respeto y amor entre los padres;
  • Dedicar tiempo a los cultos diarios; que sean compatibles con la edad, rápidos, participativos, vibrantes y alegres;
  • Vivir lo que predican a lo largo del día.

¿Qué les diría a los padres cuyos hijos ya no desean saber nada con la Palabra de Dios? ¿Hay esperanza para esos padres?

Mientras respiremos existe esperanza. Si los padres se sienten responsables por este distanciamiento, deben pedir perdón al hijo y buscar de ahora en adelante ser realmente fiel al Señor. Orar siempre por este hijo y dejar que sepa de este compromiso y de la oración intercesora a su favor.

No juzgar su situación religiosa actual.

Crear un clima de amistad, cariño y respeto para consolidar lazos afectivos respetuosos.

Ser honesto y objetivo en decir lo que es bueno y lo que es malo y apuntar a un camino de regreso a partir de su vida como padres cristianos, no de su discurso.

Su consejo, ¿Cuán importante es que los futuros padres tengan una estrecha relación personal con Dios? Y ¿cómo deben prepararse para trasmitir esas enseñanzas a sus hijos?

Solo podemos compartir lo que tenemos. Solo puedo inspirar a través de lo que soy.

Entonces necesito sabiduría, conocimiento, fe y disciplina para vivir al lado de Aquel a quien quiero compartir con mis amados.

Solo a través de una relación personal con Dios y una relación personal con mi hijo puedo construir el puente para transmitir valores y principios de Dios a través de mi discipulado del Padre.