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“Una iglesia sin Club, es una iglesia apagada”

Pastor distrital de Bolivia cuenta sus impresiones sobre el Campori y el Club de Conquistadores.


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Pastor Callisaya (derecha). "Sé bien la diferencia que hay entre una iglesia que tiene Club y una que no tiene."

Barretos, Brasil... [ASN] Al acercarse al predio de la Unión Boliviana, se pueden observar personas trabajando. Se trata de Jerry, Marcos y Rubén. Están construyendo el pórtico de entrada a los campamentos de los conquistadores bolivianos. La estructura es enorme y esta armoniosamente construida con palos y troncos, pero, al parecer, ellos están trabajando en otra cosa que les preocupa. Se trata de una gran barca de madera que se columpia sobre la entrada principal. “Esto representa a las barcas del Lago Titicaca”, informan.

Mientras los tres siguen trabajando, se acerca el pastor Eloy Callisaya, líder espiritual del distrito Pacajes, de la Misión Boliviana Occidental. Él vino acompañando a su delegación porque está convencido de la gran obra que realiza el Club de Conquistadores.

“Creo y estoy totalmente seguro de que los niños deben asistir a este tipo de eventos. El Club es una fuente de líderes, el Club los prepara. Estar con ellos aquí, apoyándolos, es clave. Soy pastor distrital desde hace casi 20 años y sé bien la diferencia que hay entre una iglesia que tiene Club y una que no tiene. Donde hay Club hay personas alegres, enérgicas. Son personas activas, que siempre están en movimientos. En cambio, una iglesia sin Club, es una iglesia apagada”, afirma el pastor Callisaya.

Luego, destaca qué significa para él ser un conquistador: “Es emprender cosas inéditas, descubrir lugares nuevos, crecer y por sobre todo conocer más a Jesús y seguir su ejemplo. Entre ese ejemplo también está aprender de la naturaleza. Por eso también estamos haciendo esta barca”.

El pastor y su grupo han hecho una larga travesía para llegar al IV Campori. Como había mucha demanda de vuelos, no consiguieron un avión directo a San Pablo. Así que fueron hasta la ciudad de La Paz y luego transitaron casi tres mil kilómetros en colectivo. Pero aquí están, felices y trabajando. Cuando me alejo del predio, los cuatro ya están terminando la barca. [Equipo ASN, Pablo Ale]