Valientes y especiales, cada miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que participó de los 10 días de oración y 10 horas de ayuno

Quito, Ecuador [ASN]Esperanza, paz y tranquilidad es lo que más de una persona en el norte de Ecuador ha experimentado, al recibir una oración de sus amigos Adventistas del Séptimo Día, intercediendo por sus problemas y necesidades ante el Padre Celestial.

Camilo fue uno de los miles que durante esta semana, vivió dicha experiencia. Él es padre de familia, de edad madura y como cientos de desempleados en Santo Domingo de los Colorados, ha llegado durante los últimos tres meses a ver si alguien necesita de algún “cachuelo” que le permita llevar un poco de dinero a su hogar. Para este hombre con conocimientos contables, los días grises se llenaron de color, luego que unas personas se acercaran a él y le dijeran que querían orar por su vida, su familia y por trabajo.

Diferentes instituciones de la IADS realizaron actiividades especiales durante estos 10 días

Algo extrañado, Camilo accedió a orar con este grupo especial que recorrió las principales avenidas de la ciudad colorada para decirle a la gente que Dios tenía un mensaje especial para ellos.

Un panorama similar y que en diversas actividades ha reflejado a otros las maravillas del amor de Dios, se ha podido observar en diferentes ciudades del norte de Ecuador, donde autoridades, pacientes de hospitales y personas privadas de la libertad han recibido un mensaje restaurador, sintiendo con gran emoción aquel abrazo amigo que les dice que solo en Jesús hay esperanza.

Hogares, centros de salud y lugares públicos fueron sedes de oración

La Ing. Sulema Pizarro empezaba su día como siempre, en medio de llamadas, entrevistas y citas con los presidentes de los barrios y parroquias del cantón San Miguel de Los Bancos en la provincia de Pichincha. Ella es la alcaldesa de dicho cantón y llamó su atención recibir en una de sus citas a un grupo especial que, en lugar de solicitarle atención o algún tipo de mantenimiento en el ornato de su barrio, le dijo que Jesucristo la amaba y que estaban ahí para orar por ella y su gestión al frente del cantón.

 La burgomaestre aceptó la oración y tras la invocación, era evidente que esas palabras de fe y esperanza tocaron su vida y corazón. Agradeció la presencia de los amigos Adventistas que la visitaron y así, continuó sus actividades llena de alegría al saber que al control de su vida, se encuentra el Creador de todo el universo.

Una jornada en la que miles de personas han tenido un acercamiento personal con Dios y que les permite saber y sentir que sus vidas no dependen del azar ni de las estrellas. Hoy, son miles de personas en hospitales, cárceles, instituciones, parques y hogares las que pudieron recibir este mensaje de amor. Un mensaje de amor que les dice que solo en Jesús está la respuesta que su vida necesita y que estamos plenamente seguros, pronto se acercarán al pueblo de Dios para conocer mucho más del amor del Salvador y poner sus vidas a su entera disposición. [Equipo ASN,  Vanessa Castro y Marcos Chile]