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La actitud de esconder objetos sagrados por una amenaza inminente no era extraña. En 2 Crónicas 34:14-30 se describe el momento en que, en medio de la reforma de templo, Hilcías encontró los originales de Moisés que sacerdotes piadosos había escondido durante el idolátrico reinado de Manasés. Los Manuscritos del Mar Muerto, descubiertos en 1947, en las cavernas de Qumram, también ejemplifican un comportamiento similar. Según una hipótesis, los textos habrían sido guardados allí cuando los romanos cercaron la ciudad de Jerusalén.

Varias tradiciones judías basadas en Jeremías 3:16 nos hacen suponer que el arca reaparecerá al fin de los tiempos. Aunque el espacio no nos permite exponer estas tradiciones, es digno de mencionar que Elena de White también habla que las tablas volverán a la vista de los habitantes de la Tierra:

“Dios escribió con su propio dedo sus Mandamientos en tablas de piedra. Esas tablas no fueron dejadas al cuidado de los hombres, fueron puestas en el arca; y en el gran día cuando cada caso esté decidido, esas tablas escritas con los Diez Mandamientos se mostrarán para que el mundo entero pueda ver y entender. Su testimonio contra el mundo será incuestionable” Carta 30, (1900). Manuscript Releases 1401. vol. 19, p. 265.

“El precioso registro de la ley fue colocado en el arca del testamento y está todavía allí, oculto y a salvo de la familia humana. Pero en el tiempo señalado por Dios, él sacará esas tablas de piedra para que sean un testimonio ante todo el mundo contra la desobediencia de sus mandamientos y contra el culto idolátrico de un día de reposo falsificado” Manuscript Releases 122, 1901. (Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, t..7 A, p. 1123).

“Cuando se abra el templo de Dios en el cielo, ¡qué ocasión de triunfo será para los fieles y leales! En el templo  se verá el arca del pacto en la cual fueron puestas las dos tablas de piedra sobre las cuales está escrita la ley de Dios. Esas tablas serán sacadas de su escondedero, y en ellas se verán los Diez Mandamientos esculpidos por el dedo de Dios. Esas tablas de piedra que ahora están en el arca del pacto serán un testimonio convincente de la verdad, y de la vigencia de la ley de Dios” Carta 47, 1902. (Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, t. 7 A, p. 983).

Aunque no podamos ser dogmáticos, esos textos parecen indicar que la aparición de la Ley será un acto sobrenatural de Dios en ocasión de su juicio sobre los hombres. Y eso sucederá cuando cada caso esté decidido.

Así, aunque podamos admitir el deseo de que se encuentre el arca, es importante tener prudencia y permitir que se cumpla la voluntad de Dios. Nótese que un punto en común a todos los que pretendieron haber descubierto el arca es que ninguno de ellos hasta hoy presentó pruebas concretas que justifiquen sus afirmaciones. Fotos que no se revelan, soldados que impiden el acceso o promesas que no se cumplen son insuficientes para hacernos creer en este tipo de asuntos. Es importante recordar que aun la verdad, si se presenta con argumentos infundados, no contribuye a la causa de Dios.