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Jesucristo y la Biblia

Cómo el propio autor de las Escrituras estudiaba, comprendía y atribuía a ellas autoridad.


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Imagen: Reproducción

¿Cómo veía Jesucristo las Escrituras?

Como argumenta Brad Young, Jesús era un teólogo que basó su teología en el Judaísmo. Sí, “Jesús es un teólogo. Su rico genio y humor perspicaz impregnan sus parábolas coloridas y con enseñanzas creativas conservadas en las historias del Evangelio”.[2]

Como teólogo, Jesús valorizó las narraciones bíblicas que, para la mayoría de los críticos actuales, son inaceptables. Por ejemplo: el diluvio de Noé (Mat. 24:37-39; Luc. 17:26, 27). Sodoma y Gomorra (Mat. 10:15; 11:23, 24), la historia de Jonás (Mat. 12:39-41); Luc. 11:29-32), etc.[3] Como mínimo, eso demuestra que hay algo de intrigante en la teología de Jesús, razón por la cual es necesaria una reflexión en esa temática. Además, “la explicación del Nuevo Testamento sobre el ministerio de Jesús sostiene que él mismo instruyó a sus seguidores de que su vida y ministerio se cumplirían en las Escrituras”.[4] O sea, él es un teólogo cuya teología encuentra significado en sí mismo.

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Cristo y las Escrituras

Es cierto que Jesús vino al mundo “para salvarlo y no para pontificar sobre crítica bíblica”.[5] Por otro lado, al revisar el modo como trató a las Escrituras, fácilmente concluimos que él “no es solo el creador-autor de ellas; es también su intérprete más preeminente”.[6] De hecho, “es necesario recordar que Jesús no es solo el ‘autor’ de la Biblia a través del poder del Espíritu, sino él mismo es un ‘lector’ e intérprete de las Escrituras”.[7] De este modo, la correcta comprensión y aplicación de la Biblia depende de la aceptación de Cristo como la “Estrella Norte integradora para la doctrina y práctica cristiana”.[8] En este sentido, “el objetivo principal de la hermenéutica es relacionar el texto con la persona de Jesucristo”.[9]

La Escritura es inspirada divinamente

Jesús consideró claramente que la Escritura es inspirada divinamente, ofrecida a través de instrumentos humanos. Esto se puede ilustrar por el hecho de que él atribuye al Espíritu Santo (Mar. 12:36) las palabras de David en el Salmo 10:1. Además, comprendió la profecía de Daniel 9:27 como una predicción inspirada que se cumpliría (Mat. 24:15). El ejemplo, probablemente más conocido, es lo que ocurrió cuando visitó la sinagoga en Nazaret, al leer el pasaje de Isaías 61:1-2, él declaró que se acababa de cumplir ante los oyentes (Luc. 4:21). Otros ejemplos de la inspiración de la Escritura y de la participación humana están en Mateo 26:54, Juan 13:18 (donde se cita el Salmo 41:9) y Mateo 27:46 (que cita Salmo 22:1).[10]

La Escritura es autoritativa

El modo como Cristo usa las Escrituras nos muestra que él la consideraba autoritativa. Un claro ejemplo de eso es Mateo 4: “Está escrito”. Al respecto de esta naturaleza de la Biblia, conforme está revelado en Mateo 4, Henry Holloman afirma que la “Biblia tiene autoridad derivada porque revela a Dios, su voluntad, sus expectativas. Jesús enfatizó la autoridad de la Escritura. Esta autoridad es absoluta en la medida en que los intérpretes disciernen correctamente su significado, pues la Biblia es directamente inspirada por Dios, que trabaja a través de autores humanos (2 Tim. 3:16, 17; 2 Ped. 1:19-21). Porque la Biblia es la verdad de Dios (Juan 17:17), los cristianos están sujetos a su autoridad”. [11]

Como consecuencia de la autoridad bíblica, frente a una discusión o disputa, Jesucristo apeló claramente a las Escrituras para basar su posición.

“¿No habéis leído?” (Mat. 12:3, 5; 21:16, 42; 22:31).

  • “¿Qué está escrito en la ley?” (Luc. 10:26; Juan 10:34).
  • “Está escrito” (Mat. 4:4, 7, 10; 26:24, 31; Juan 8:17).

Sin embargo, probablemente la mayor evidencia de que Jesús veía la Escritura como autoritativa es cuando él le atribuyó plenitud, visión que también es sustentada por los judíos (Juan 12:34). Al sustentar que “la Escritura no puede ser anulada” (Juan 10:35), Cristo enseña que su autoridad no podría ser negada o resistida. “Claramente, la actitud uniforme de Jesús hacia las Escrituras era de completa confianza y seguridad en su autoridad”.[12]

La Escritura es un registro objetivo de hechos

Además, Jesús consideraba las narraciones como registros objetivos de hechos. Él se refiere a Abel (Luc. 11:51), a Noé (Mat. 24:37-39; Luc. 17:26, 27), a Abraham (Juan 8:56), a la circuncisión instituida (Juan 7:22; v. Gén. 17:10-12; Lev. 12:3), a Sodoma y a Gomorra (Mat. 8:11; Luc. 13:28), al maná (Juan 6:31, 49, 58), a la serpiente en el desierto (Juan 3:14), a David, cuando este tomó los panes de la Presencia y los comió (Mat. 12:3, 4; Mar. 2:25,26; Luc. 6:3,4), a David como salmista (Mat. 22:43; Mar. 12:35; Luc. 20:42), a Salomón (Mat. 6:29; 12:42; Luc. 1:31; 12:27), a Elías (Luc. 4:25,26), a Eliseo (Luc. 4:27), a Jonás (Mat. 12:39-41; Luc. 11:29, 30,32) y a Zacarías (Luc. 11:51).[13]

Nuestro deber hoy

Jesucristo, el Teólogo, comprendía y aceptaba la Escritura como inspirada divinamente, autoritativa y registro objetivo de hechos. Si él siendo su autor, veía la Palabra de esa forma, no tiene el mínimo sentido que nosotros tratemos de disminuirla o menospreciarla. Nuestro deber es leerla, reflexionar en ella y seguir sus enseñanzas. De esa forma podremos vivir de manera sabia y mantener comunión con su Autor.

Referencias

[1] Brad Young, Jesus the Jewish Theologian (Grand Rapids, MI: Baker Academic, 2011). xxi.

[2] Ibid. xxxiii.

[3] Henry Virkler, Hermenêutica Avançada: Princípios E Processos De Interpretação Bíblica. 23.

[4] David S. Dockery, Hermenêutica Contemporânea À Luz Da Igreja Primitiva (São Paulo: Vida, 2005). 27.

[5] James Barr, Fundamentalism (London: SCM Press, 1977). 73.

[6] Christopher Peppler, “The Christocentric Principle: A Jesus-Centred Hermeneutic,” Conspectus (Sourh African Theological Seminary) 13 (2012). 127. Academic Search Complete, EBSCO host. Acesso em 9 de Janeiro de 2014.

[7] Ibíd., p. 122. El autor está citando a Ray Sherman Anderson, The Shape of Practical Theology: Empowering Ministry with Theological Praxis (Downers Grove: IVP Academic, 2001). 54.

[8] Peppler, “The Christocentric Principle: A Jesus-Centred Hermeneutic.”119.

[9] Graeme Goldsworthy, Gospel-Centered Hermeneutics: Foundations and Principles of Evangelical Biblical Interpretation (Downers Grove, Ill.: IVP Academic, 2006). 312.

[10] Adaptado. Dave Miller, “Jesus’ Hermeneutical Principles,” Apologetic Press (2007), https://www.apologeticspress.org/apcontent.aspx?category=11&article=2307.

[11] Henry Holloman, Kregel Dictionary of the Bible and Theology: Over 500 Key Theological Words and Concepts Defined and Cross-Referenced (Grand Rapids, MI: Kregel Academic & Professional, 2005).

[12] Ibíd.

[13] John W. Wenham, “Jesus E as Escrituras,” en A Inerrância Da Bíblia: Uma Sólida Defesa Da Infalibilidade Das Escrituras, ed. Norman Geisler (São Paulo: Vida, 2012). 19. Aunque este investigador no concuerde con la tesis central del libro citado aquí, la inerrancia de la Biblia, aquí hago uso de versículos bíblicos organizados y citados en esa obra.

Adolfo Suárez

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Reflexiones sobre la teología y el don profético

Teólogo y educador, es el actual decano del Seminario Teológico Adventista Latinoamericano (SALT) y Director del Espíritu de Profecía de la DSA. Máster y Doctor en Ciencias Religiosas, con posdoctorado en Teología, es autor de varios libros y miembro de la Sociedad Teológica Adventista y de la Sociedad de Literatura Bíblica.